Ignacio Apestegui |
Publicado en la Gazeta de Madrid, el 6 mayo de 1808, “Valerosos españoles: el día 2 de mayo, para mí, como para vosotros, será un día de luto. Nuestros comunes enemigos, habiendo primero provocado de modo que desean apurar mi paciencia. Han concluido excitando una porción del pueblo de Madrid y de las comarcas aledañas tales excesos, que al cabo me ha sido preciso usar la irresistible fuerza fiada a mi mando.” Así anunciaba apesadumbrado José Bonaparte, la masacre de civiles españoles en las calles de Madrid tras el alzamiento del 2 de Mayo.
En aquella época, el termino terrorismo llevaba poco acuñado, principalmente se asoció a las purgas jacobinas en Francia, no fue hasta finales del siglo XIX cuando empezó a asociarse a actos de grupos de izquierdas, anti-colonialistas o luchadores por la libertad.
En otra noticia podíamos leer, “Nuevos crímenes de piratas aéreos británicos: cuatro muertos en los barrios residenciales de la ciudad del Néctar”. Noticia del 21 de septiembre de 1940. El noticiario continuaba. “Los bombarderos ingleses atacan a civiles alemanes de manera indiscriminada. La Luftwaffe deberá responder con justicia, arrasar la ciudad de Londres.”
La invasión de Polonia por Alemania nazi, la justificación de los bombardeos de Londres y las noticias de los ataques contra los buenos españoles, por parte de malos españoles, producidos el 2 de mayo, son ejemplos de la doble cara de una noticia.
El ejército de Bonaparte, por entonces el más temido del mundo, 30.000 soldados con fusiles y cañones contra las piedras y navajas del pueblo de Madrid
Para los alemanes de 1940, bombardear Londres hasta doblegar a la pérfida albión era una cuestión de seguridad. Misma seguridad que justificaba el traslado masivo de judíos, homosexuales o comunistas a campos de concentración. Misma seguridad que otorga permiso a Netanyahu para bombardear civiles en la franja de Gaza o Cisjordania.
En España, durante el 2 de mayo de 1808, un grupo variopinto de madrileños se alzaron contra los franceses para evitar el traslado del Infante Francisco de Paula, último miembro de la casa real que quedaba en suelo patrio. El ejército de Bonaparte, por entonces el más temido del mundo, 30.000 soldados con fusiles y cañones contra las piedras y navajas del pueblo de Madrid. Lo cierto es que el Tratado de Fontainebleau amparaba a los franceses en sus actos, pero la ley y la justicia no siempre van de la mano.
Con piedras y cócteles molotov atacaban chavales, de no más la edad de mi hija, a soldados Israelíes con fusiles de asalto, chalecos antibalas y cascos antifragmentación, aviones, tanques y armas nucleares, pues no olvidemos que el estado de Israel posee al menos 90 ojivas nucleares, así comenzó la primera intifada en 1987.
En este punto es importante señalar que solo pretendo racionalizar un escenario complicado, en el mejor de los casos. Un escenario de pesadilla en el peor. Creo en el derecho de Israel de existir como nación. Mismo derecho que posee el estado palestino, sí al menos existiera la justicia.
El estado de Israel tiene derecho a existir como nación porque lo ganó en 1947, de la única manera que se ha logrado siempre este tipo de cambios (con el permiso de Gandhi) con armas, con sangre y con fuego. Y porque, dos veces, cuando trataron de arrebatarle ese derecho sus vecinos musulmanes, demostró que lo tenía con armas, con sangre y con fuego. Y mientras todos sus vecinos sepan a ciencia cierta que Israel es poseedor de ese derecho (y de esas armas) no hay duda que seguirá existiendo.
Porque al igual que alrededor de la Roma Imperial, las hienas esperaban con hambre la debilidad del pueblo del águila. O las naciones del bloque del este no dudaron en marchar hacia occidente en los primeros estertores de la Perestroika. Los países que rodean Israel no dudarán en lanzarse a desmembrarlo, sin pena alguna, con armas, con sangre y con fuego.
Pero ese derecho como estado, no inhibe a su gente, a su gobierno y a sus leyes del pecado de haberse convertido, sin paliativos, en genocidas.
Israel y los israelitas son culpables del genocidio, planificado y sistemático del pueblo palestino. Sinceramente, esta verdad no es algo nuevo. Ya en 1995 David Yallop relataba en su ensayo periodístico To the Ends of the Earth, las sospechas de los funcionarios de la ONU del uso por parte de las autoridades de Israel de sustancias abortivas en los gases lacrimógenos de su policía. Usados con la intención de prevenir que en dos o tres generaciones los votantes de origen palestino superaran a los judíos. No es el único atentado contra los derechos humanos, que vio y describió en primera persona.
Nos da a entender la premeditación, y el estudio minucioso, que hay para eliminar a un pueblo de manera sistemática y meticulosa. Arrebatando el derecho y la capacidad de reproducirse. Podría enumerar aquí actos genocidas por parte de Israel desde su fundación, pero cualquier lector con dudas puede buscar en las efemérides de la BBC (no creo que se la pueda llamar partidaria de los palestinos) o la web del NY Times (tampoco creo que se les pueda tachar de izquierdistas).
Pero ese derecho como estado, no inhibe a su gente, a su gobierno y a sus leyes del pecado de haberse convertido, sin paliativos, en genocidas
Después del atentado del 7 de octubre se abrió un marco perfecto para que el gobierno de Israel pusiera en marcha un plan, a todas vistas detallado y planeado con antelación, para la expulsión o muerte de todo palestino, o aliado, de la franja de Gaza. Solamente hay que observar la calma y la metodología del éxodo al que han convidado al pueblo gazatí. Al bombardeo hasta aplanar el norte de la franja y su posterior descenso solo avoca a los civiles indefensos, los que sobrevivan al genocidio de las bombas, hambre y enfermedades, a forzar las fronteras de Egipto, como una vez hizo la “Marcha Verde” con las fronteras españolas del Sahara.
Desde occidente parece razonable que Egipto, país musulmán, acoja a los refugiados palestinos. Pero equiparar a un egipcio con un palestino es como equiparar a un francés con un español. Sí, puede que tengamos una raíz cristiana común. Pero… yo no les daría la espalda a los franceses. Ya en el 2002, tras la invasión del islote de Perejil por parte del Reino de Marruecos, Francia impedía que la presidencia danesa de la Unión Europea sacara un comunicado a favor de España y posteriormente en la ONU votó a favor de Marruecos. Menudo amigo tenemos ahí.
Los egipcios y los palestinos no son hermanos. Sí, son hermanos de los palestinos y de los judíos. Ambos son pueblos semitas, descendientes de Sem, como puede leerse en sus textos sagrados. Pero el gobierno de Netanyahu pretende una Gaza libre......una Gaza libre de gazatíes.
Sí observas con perspectiva el transcurso de los ataque del gobierno israelí es fácil percibir una guía, como un pastor a las ovejas, que está dirigiendo a la población gazatí hacia esa única resolución. Asaltar la frontera egipcia. Avocando a su gobierno a permitir un millón de desplazados o ser cómplice en la masacre.
Para lograrlo están aniquilando sistemáticamente a la población. Tengo en muy alta estima a los servicios de inteligencia israelíes y no dudo que cada ataque a hospitales, colegios y edificios civiles está diseñado para maximizar el terror de la población. Para que cuando en apenas los últimos kilómetros se agolpen los supervivientes del genocidio no les frene el miedo a las armas egipcias.
La muerte instantánea producida por una bala será un alivio después del hambre, la desolación y el miedo.
No nos podemos engañar. Esta situación no es nueva, antes mencioné el libro de David Yallop, pero a lo largo de mi vida he sido testigo de cientos de imágenes de soldados hebreos matando niños, mujeres y hombres indefensos. Aún me aterra, como padre, el recuerdo de un soldado israelí disparando a un hombre que trataba de cubrir con su cuerpo a su hijo. Agachados ambos y pegados a un muro. Temerosos de los soldados con la estrella de David. Con un miedo que la indiferencia el soldado demostró correcto. Un soldado que les disparó con parsimonia, casi con vagancia. Solo puedo pensar en la cantidad de crímenes contra la humanidad que han cometido, están cometiendo y cometerán fuera de las cámaras esos monstruos con uniforme.
Un soldado que les disparó con parsimonia, casi con vagancia. Solo puedo pensar en la cantidad de crímenes contra la humanidad que han cometido
Me pregunto cómo justificarán, no ellos, los asesinos en primer grados, sino cómo justificará la población de Israel el asesinato de un padre y un niño desarmados e indefensos contra un muro. Ese y tantos otros.
¿Acaso se darán cuenta que son, ellos también por permitirlo, criminales?
En Europa no nos hemos dejado olvidar los desmanes de la segunda guerra mundial. No se perdonó a Alemania, a los alemanes, que miraran a otro lado. Los hijos tuvieron que pagar los pecados de sus padres. Me temo que el gobierno de Israel tiene claro que está en un punto sin retorno. Los palestinos han sido llevados a un punto en que ya no podrán perdonar. Israel ha alimentado más las filas de Hamas que ninguna fatua o ningún líder libertador palestino. Israel ha demostrado que para ellos, gobierno, ejército, jueces y población, los palestinos son menos que personas. Para muestra un botón: la edad penal, para los palestinos, es de 12 años. Juzgados por tribunales militares. Desprotegidos de cualquier derecho o posibilidad de justicia.
En Cisjordania son comunes las detenciones arbitrarias en medio de la noche. Juicios sin testigos o abogados y cárceles semi secretas donde los familiares no pueden visitarlos y rara vez ninguno es liberado sí no es por un intercambio de prisioneros. Prisioneros capturados por aquellos que llama terroristas. Me parece en este punto que tienen cierto sentido las acciones de Hamas. ¿Cómo liberar a esas miles de personas detenidas, secuestradas, por un estado tirano y asesino como el israelí?
Hamas y los palestinos saben, igual que sabe Israel, que ya no vuelta atrás, a Israel sólo le queda una salida. El genocidio total del pueblo palestino. Y lo acepta. Ha hecho cálculos y le sale a cuento. Tan a cuenta que ya podemos encontrar a promotores inmobiliarios hebreos vendiendo pisos en la primera línea de las playas de Gaza.
Últimamente le he prestado más atención a la región, me he dado cuenta que Israel está en un punto de ruptura. Su comportamiento de odio y xenofobia va más allá de los musulmanes, esta misma semana los cristianos armenios que guardan los Santos lugares del Cristianismo tuvieron que salir escoltados. Insultados y escupidos durante una procesión procedente del Santo Sepulcro. Sus cementerios profanados y sus casas amenazadas por bulldozers.
En la laderas del monte Sión se encuentra la Abadía de Hagia María, donde reposan los restos de María, la Santa Madre de Jesús para cristianos y musulmanes, en la prensa generalista no pudimos leer que su sepulcro ha sufrido seis ataques por extremistas hebreos en los últimos meses. Ni tampoco que la extrema derecha del parlamento Israelí propuso una ley que penalizara el proselitismo cristiano y el derecho de los cristianos a peregrinar a los santos lugares. Finalmente la presión de algunos grupos cristianos a los legisladores americanos logró que ese país presionara a su vez a Netanyahu.
El Reich de Israel perdurará mil años. No les queda otra alternativa, al país y a su población, sabedores que cumplirán pena por los pecados cometidos. De que a la mínima debilidad serán castigados. Pero siendo sinceros, el Reich judío durará mientras sus armas atómicas prevengan su juicio. No creo que quede mucho para que el genocidio retransmitido en directo del pueblo palestino lleve, poco a poco, muy poco a poco, a debilitar el apoyo de Israel en occidente.
Va a llegar un momento que, cuando no queden palestinos que asesinar, empiecen con los cristianos, luego los gitanos, los homosexuales… creo que me suena esto. En Europa lo vivimos, las palabras de Martin Niemöller lo describieron mucho mejor de lo que yo podría.
El Reich de Israel perdurará mil años. No les queda otra alternativa, al país y a su población, sabedores que cumplirán pena por los pecados cometidos
Meditando mucho sobre ello, concluyo, que este Reich, tirano y genocida como pocos, durará mientras el miedo a las armas atómicas sea efectivo. Supongo que todo queda en manos de China, una potencia con la posibilidad, e interés, de desarrollar una tecnología capaz de eliminar esa amenaza global. Europa, nuestra Europa, no tiene la voluntad, la fuerza, la coherencia o la capacidad de ser más que un actor sin diálogo en el presente o futuro del mundo. No mientras los egos y las tonterías sean más importantes que Europa, que nuestro estado de bienestar, nuestra cultura o nuestra gente. EEUU cae hacía la indiferencia del escenario global, político y tecnológico, cada vez más rápidamente y Rusia, bueno, Rusia lleva tiempo allí y solo les quedan a ambos las pataletas de las armas para hacerse notar.
La creación de tecnología capaz de inhibir o interceptar armamento nuclear cae cerca de la ciencia ficción. Un profesor mío de ingeniería siempre decía: “sí tú eras capaz de imaginarlo un ingeniero sería capaz de construirlo”. Anoche, en otra noche de Insomnio, física y metalingüística, tan dadas por mí, pensaba, tras leer un artículo de Bieber J. et al. “COSMIC RAYS AND EARTH”, en como la combinatoria de la heliopausa y del campo magnético de la tierra nos protegen de radiaciones cósmicas de magnitudes superiores a la radiación provocada, por ejemplo, en Chernobyl (Bueno ese artículo y los 45 siguientes que encadené sobre el tema). Escudos sin los cuales la vida, incluso microbiana, sería posible. Nos protegen de la radiación ionizante e incluso de las radiaciones de partículas más pesadas como los neutrones. Sin entrar más en la física de mi paranoia, que casi dejaré para otro artículo de la serie de Insomnio, física y metalingüística, sí creo que la combinatoria de una nube de drones hipersónicos gestionados por IA y el desarrollo de campos electromagnéticos de magnitudes suficientes (los humanos ya hemos logrado esa tecnología, en los campos de contención de los reactores de fusión nuclear, solo nos queda hacerlos móviles) podría hacernos pasar de la Era Atómica a la siguiente era, sea cual sea esa.