Cada año, el 3 de mayo es una fecha en la que se celebran los principios fundamentales de la libertad de prensa. Esta fecha brinda la oportunidad de evaluar la libertad de prensa a nivel mundial, de defender los medios de comunicación de los ataques sobre su independencia, así como de rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el desempeño de su profesión.
La libertad de expresión es uno de nuestros más valiosos derechos. Constituye la base de todas las demás libertades y es el fundamento de la dignidad humana. La existencia de medios de comunicación libres, pluralistas e independientes es esencial para poder ejercer ese derecho. Ése es el mensaje del Día Mundial de la Libertad de Prensa. La libertad de los medios de comunicación supone la libertad de opinión y entraña el derecho de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión, como se enuncia en el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
"El tema del Día Mundial de la Libertad de Prensa de este año, “La información como un bien común”, subraya la importancia indiscutible de disponer de una información verificada y fiable. También pone de relieve el hecho de que, para producir y difundir esa información, resulta esencial que periodistas libres y profesionales hagan frente a la desinformación y otros contenidos perjudiciales."
LA UNESCO
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es un organismo especializado de NNUU creado el 16 de noviembre de 1945 y cuya misión es “contribuir a la consolidación de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información”.
La Organización cuenta ahora con https://es.unesco.org/countries">193 Miembros y 11 Miembros Asociados.
— Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa
"Hace hoy treinta años, periodistas, directores y editores de toda África se reunieron para redactar un llamamiento sobre la libertad de prensa, la Declaración de Windhoek sobre la Promoción de una Prensa Africana Independiente y Pluralista. La finalidad de esta histórica declaración era hacer de la libre circulación de la información un bien público, un objetivo que sigue teniendo plena vigencia en la actualidad.
Desde 1991, el panorama de la información ha experimentado enormes cambios, especialmente con el surgimiento de Internet y los medios sociales. Ahora disponemos de oportunidades increíbles para expresarnos, mantenernos informados y conectarnos con los demás. Sin embargo, también nos enfrentamos a un aumento de la desinformación y el discurso de odio, a la drástica alteración de los modelos de negocio de los medios de comunicación y a la concentración de poder en manos de unas pocas empresas privadas. La pandemia ha puesto de relieve la necesidad de una información fiable.
El periodismo independiente es lo que nos ha ayudado a dar sentido a esta crisis. Los periodistas han informado desde el terreno, incluso asumiendo grandes riesgos personales. Muchos han sido amenazados, detenidos o acosados, especialmente las mujeres. Sesenta y dos periodistas fueron asesinados en 2020 por hacer su trabajo, y muchos más perdieron la vida a causa de la COVID-19. Tenemos mucho que agradecerles.
Por otra parte, la pandemia ha agravado problemas ya existentes, y numerosos medios de comunicación están sufriendo pérdidas financieras. Debido a los confinamientos, gran parte de la vida cotidiana se desarrolla a través de Internet, lo que ha consolidado aún más el poder de las plataformas de Internet. Asimismo, han proliferado los rumores y la información falsa, en algunos casos consecuencias fatales.
El tema del Día Mundial de la Libertad de Prensa de este año, “La información como un bien común”, subraya la importancia indiscutible de disponer de una información verificada y fiable. También pone de relieve el hecho de que, para producir y difundir esa información, resulta esencial que periodistas libres y profesionales hagan frente a la desinformación y otros contenidos perjudiciales.
Este tema está en consonancia con los esfuerzos de la UNESCO para garantizar el mantenimiento a largo plazo de un periodismo independiente y pluralista, así como la seguridad de los trabajadores de los medios de comunicación en todo el mundo, en particular mediante el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad.
En este contexto, la UNESCO trabaja para fomentar una mayor transparencia en las plataformas de Internet en ámbitos como la moderación de contenidos, respetando al mismo tiempo los derechos humanos y las normas internacionales relativas a la libertad de expresión. La UNESCO procura dotar a los ciudadanos de las competencias de alfabetización mediática e informacional que necesitan para desenvolverse en este nuevo panorama de la información, de modo que puedan evitar ser engañados o manipulados en Internet.
Al celebrar el 30º aniversario de la Declaración de Windhoek, con ocasión de la Conferencia Internacional del Día Mundial de la Libertad de Prensa que tiene lugar en Windhoek (Namibia) los días 2 y 3 de mayo, hoy también trabajamos para que este panorama cambiante tenga en cuenta los principios consagrados en ese texto fundamental.
Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, hago un llamamiento para que cada cual renueve su compromiso con el derecho fundamental a la libertad de expresión, defienda a los trabajadores de los medios de comunicación y se sume a los esfuerzos de la UNESCO para garantizar que la información siga siendo un bien público."
Los periodistas siguen padeciendo persecución, prisión y muerte por intentar informar.
David Beriain i Roberto Fraile han mort assassinats mentre realitzaven un reportatge per a una ONG sobre la caça furtiva a Burkina Faso.
Anaven amb un altre periodista irlandès en un comboi quan van ser víctimes d'una emboscada, el passat dilluns, 26 d'abril. Els van segrestar i la ministra d'Afers exteriors, Unió Europea i Cooperació, Arancha González Laya, ha confirmat que els van assassinar. S'especula amb la possibilitat de que els autors materials fossin fonamentalistes islàmics, encara que no es descarta que poguessin estar a les ordres d'empresaris que negocien amb la caça furtiva dels animals de la zona.
La libertad de los medios de comunicación se topa también con fuertes presiones en todo el mundo. Durante el año 2011, la UNESCO condenó el asesinato de 62 periodistas que murieron por ejercer su profesión. Estos periodistas no deben ser olvidados y esos crímenes no deben quedar impunes. A medida que aumenta el número de medios de comunicación en línea, aumenta también el número de periodistas en línea, incluidos los blogueros, que son acosados, agredidos y asesinados por su labor. Éstos deben recibir la misma protección que los trabajadores de los medios de comunicación tradicionales.
Los días 13 y 14 de septiembre de 2011 se celebró en la UNESCO la primera reunión interinstitucional de las Naciones Unidas en torno a la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad. Se elaboró un plan de acción de todo el sistema de las Naciones Unidas con el fin de crear un entorno más libre y seguro para los periodistas y los trabajadores de los medios de comunicación de todo el mundo.
La cifra de periodistas muertos en el ejercicio de la profesión cae considerablemente, pues los asesinatos en represalia alcanzan niveles históricamente bajos
Los conflictos disminuyeron de intensidad y una cifra mínima récord de periodistas fueron asesinados en represalia por su labor informativa, y por tanto la cifra total de periodistas que murieron en el ejercicio de la profesión cayó considerablemente en 2019. Un informe especial del CPJ, elaborado por Elana Beiser
17 de diciembre de 2019
NUEVA YORK
La cifra de periodistas que murieron en el ejercicio de la profesión cayó en 2019 a su nivel más bajo en 17 años, conforme peligrosos conflictos regionales se estabilizaron y la cifra de periodistas asesinados en represalia por su trabajo informativo fue la más baja desde que el CPJ comenzó a llevar estadísticas al respecto. Siria y México fueron los países con las mayores cifras de periodistas muertos.
Como mínimo, 25 periodistas murieron en el ejercicio de la profesión en 2019, la cifra más baja desde 2002, cuando 21 periodistas murieron por causa de su trabajo. Incluso más llamativo es que la cantidad de periodistas que fueron blanco selectivo de asesinato, 10 como mínimo, es la más pequeña en las estadísticas anuales del CPJ, que datan de 1992. La mitad de los casos de asesinato de periodistas de este año corresponden a México.
El CPJ continúa investigando los casos de otros 25 periodistas muertos en todo el mundo, para determinar si la labor periodística que realizaban fue el factor motivante del asesinato. Las cifras de este año abarcan el período del 1 de enero al 13 de diciembre de 2019. A modo de comparación, en todo 2018 el CPJ confirmó que un total de 56 periodistas murieron por ejercer la profesión.
El descenso en los casos de asesinato ocurre en momentos cuando el mundo ha prestado una atención sin precedentes al problema de la impunidad en los asesinatos de periodistas, en gran medida debido a tres casos recientes que siguen repercutiendo. El 16 de octubre de 2017, el gremio periodístico de los países de la Unión Europea (UE) quedó consternado por el asesinato de la destacada bloguera anticorrupción Daphne Caruana Galizia, quien murió al estallar una bomba en su auto en Malta. Menos de seis meses después, en Eslovaquia, otro estado miembro de la UE, el periodista Ján Kuciak y su prometida fueron asesinados en su domicilio; Kuciak había investigado a la mafia italiana y la presunta malversación de fondos de la UE. Posteriormente en 2018, el asesinato y desmembración del periodista saudita exiliado Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul captó los titulares de todo el mundo.
Es imposible saber si la gran repercusión de estos asesinatos y sus consecuencias han disuadido a algún asesino en potencia. Durante varios años, el CPJ ha documentado un declive en los casos de asesinato de periodistas y el incremento de la autocensura en países tradicionalmente peligrosos como Pakistán y Rusia, donde la ausencia de justicia por los crímenes cometidos en el pasado ha intimidado a periodistas y los ha hecho abandonar el periodismo crítico. Además, los interesados en amenazar a los medios de prensa tienen muchos instrumentos a su disposición, además del asesinato: la cifra de periodistas que se encuentran encarcelados en todo el mundo ha permanecido en, como mínimo, 250 por cuatro años consecutivos, mientras que los periodistas desde Hong Kong hasta Miami han sido objeto del acoso judicial, el hackeo, la vigilancia y las campañas de desprestigio, según lo muestran las investigaciones del CPJ.
Un país donde los intentos por combatir la impunidad aparentemente no han surtido efecto es México. Como mínimo, cinco periodistas mexicanos fueron asesinados en represalia por su trabajo informativo en 2019, en comparación con cuatro el año pasado y seis en 2017. El CPJ investiga otros seis casos de asesinato en México para determinar si el periodismo fue el factor motivante. Por lo menos dos de los periodistas asesinados este año por causa de su trabajo habían solicitado protección en virtud del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, un programa federal que era exhibido como un ejemplo regional para la libertad de prensa cuando se creó en 2012, pero que ha sido ineficaz y ha carecido habitualmente de suficiente financiamiento y personal. En noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró en conferencia de prensa que a la institución se le asignaría “recursos ilimitados” y ésta se comprometería a cumplir una lista de recomendaciones efectuadas por la oficina local del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sin embargo, es difícil sentirse optimista en un ambiente donde las investigaciones de casos de asesinato tienen graves deficiencias y donde los periódicos sienten la necesidad de anunciar que reducirán la cobertura de temas sensibles por la seguridad de su personal.
Este año, México fue el país con la segunda mayor cifra de periodistas muertos, detrás de Siria, donde, como mínimo, siete periodistas resultaron muertos. Tres de ellos murieron por causa de ataques aéreos turcos a mediados de octubre, cuando tropas turcas incursionaron en territorio sirio para expulsar de la frontera a las fuerzas lideradas por los kurdos, aliadas de Estados Unidos, luego de que el presidente Donald Trump ordenara la retirada militar estadounidense de la zona. El 11 de octubre, un ataque aéreo turco mató al documentalista kurdo-turco Vedat Erdemci cuando filmaba el sobrevuelo de aviones militares encima de su casa. El 13 de octubre, un ataque aéreo turco contra una caravana civil, en la cual viajaban periodistas locales y extranjeros, causó la muerte al periodista kurdo-sirio Saad Ahmed y heridas al periodista y camarógrafo kurdo-sirio Mohammed Hussein Rasho, quien murió al día siguiente.
Los casos de periodistas muertos en Siria, donde como mínimo 134 periodistas han muerto en la guerra, han disminuido desde 2012. Therese Pettersson, coordinadora de investigaciones del Programa de Datos sobre Conflictos de la Universidad de Upsala, Suecia, declaró al CPJ por correo electrónico que los datos preliminares de 2019 muestran que el total de víctimas mortales civiles en Siria cayó marcadamente en 2019 en comparación con el año precedente. En todo el Medio Oriente, zona devastada por los conflictos, los casos de periodistas muertos en conflictos y en el fuego cruzado disminuyeron este año en comparación con el anterior, en consonancia con la reducción de la zona de batalla y la pérdida de interés mundial en la grave situación de países como Libia y Yemen. El CPJ documentó que ocho periodistas murieron en conflictos o en el fuego cruzado, y ésta ha sido la cifra más baja desde 2011, antes de que algunas de las pacíficas manifestaciones populares de la Primavera Árabe se transformaran en guerras civiles. El elevado saldo de víctimas mortales durante ese período motivó al CPJ y otras organizaciones defensoras de la libertad de prensa y de la seguridad de los periodistas a formar una coalición para promover la seguridad, en particular de los periodistas freelance.
Por el contrario, de acuerdo con Pettersson, las cantidad de víctimas civiles en Afganistán permanecieron este año a niveles similares a 2018, según los datos preliminares. Este país tuvo la mayor cifra de periodistas muertos de todo el mundo en 2018, en gran medida por causa de un doble atentado suicida, reivindicado por el grupo extremista Estado Islámico, en el que murieron nueve periodistas que habían ido a dar cobertura al estallido del primer artefacto. El CPJ no documentó ningún caso de periodista muerto en el ejercicio de la profesión en Afganistán en 2019. El gerente de un importante medio noticioso que perdió a dos reporteros el año pasado declaró al CPJ que las corresponsalías de noticias en Afganistán se han vuelto más cautelosas, y envían a menos periodistas a dar cobertura a las explosiones.
El carácter del doble atentado suicida del año pasado, en el cual el autor se disfrazó de periodista e hizo estallar sus explosivos en un grupo de periodistas, llevó al CPJ a clasificar las muertes de los periodistas en Afganistán como asesinatos, lo cual contribuyó a un repunte en la cifra de muertes, que por lo demás había tenido una tendencia mundial a la baja desde 2015.
En los tres asesinatos cometidos desde 2017 que han captado inusual atención, las autoridades no han condenado a nadie en ninguno de los crímenes, pero a éstos no les ha faltado repercusión. Como respuesta inmediata al asesinato de Kuciak, decenas de miles de eslovacos se lanzaron a las calles a protestar, lo cual provocó al final la renuncia del primer ministro Robert Fico, del ministro del Interior y del jefe de la Policía. En marzo de este año, la Fiscalía procesó al presunto autor intelectual del crimen, el empresario Marián Kočner, quien ha negado estar involucrado. En octubre, la Fiscalía anunció la apertura de procesos contra otros tres acusados. Además, en marzo de este año el país eligió a su primera presidenta, quien presentó un programa político contra la corrupción y a favor de la prensa, aunque el partido de Fico continúa dominando el Parlamento, por lo menos hasta las elecciones del próximo año.
En Malta, los tres hijos de Caruana Galizia han emprendido una sostenida campaña a favor de una investigación independiente y de justicia. Tras dos años de obstáculos y dilaciones por parte del Gobierno encabezado por el primer ministro Joseph Muscat, a quien la bloguera criticaba duramente, en el mes pasado una vertiginosa serie de acontecimientos relacionados con el caso parece haber transformado el panorama político de Malta. A continuación del arresto del presunto intermediario y de un empresario, el ministro de Turismo y el jefe de gabinete de Muscat renunciaron y el ministro de Economía anunció su propia suspensión, según informaciones de prensa. El 1 de diciembre, Muscat anunció que dimitiría del cargo de primer ministro en enero, pero ha recibido presiones para que renuncie antes.
El asesinato de Khashoggi no parece haber sacudido a la dirigencia saudita –en parte por el continuo apoyo brindado por el presidente Trump– aunque los organismos de inteligencia estadounidenses y una relatora especial de las Naciones Unidas han llegado a la conclusión de que el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salman es responsable en última instancia. No obstante, el brutal asesinato que repercutió en tres países (Khashoggi era residente estadounidense) y que se cometió en unas instalaciones concebidas como lugar de refugio para los ciudadanos de su país perjudicó gravemente la credibilidad internacional del príncipe heredero. Además, tensó las relaciones internacionales de Arabia Saudita y fue mencionado por algunos medios de prensa como una de las razones por las cuales la largamente esperada salida a la bolsa de valores de la petrolera estatal saudita Aramco se fijara para este mes en una bolsa de valores local en lugar de una bolsa de valores internacional.
Otros hallazgos del análisis del CPJ:
No se documentó la muerte de ningún trabajador de medios por primera vez desde 2003, cuando el CPJ comenzó a documentar la muerte de trabajadores cruciales para el sector de los medios de prensa como los traductores, choferes, guías y empleados administrativos.
Vedat Erdemci, el periodista kurdo-turco que murió en Siria, fue el único periodista extranjero que murió en el ejercicio de la profesión.
De los periodistas que murieron, dos eran del sexo femenino: Lyra McKee, del Reino Unido, y Norma Sarabia Garduza, de México.
Con la mayor frecuencia, los miembros de las fuerzas armadas fueron considerados sospechosos del asesinato de periodistas en 2019.
La política fue el tema informativo más peligroso, mientras que el trabajo más peligroso fue el de camarógrafo.
El CPJ comenzó a recopilar datos detallados sobre todas las muertes de periodistas en 1992. El personal del CPJ de manera independiente investiga y verifica las circunstancias de cada muerte. El CPJ considera que un caso está vinculado con el ejercicio de la profesión únicamente cuando su personal tiene certeza razonable de que un periodista fue muerto en represalia directa por su labor periodística; de que fue muerto en un incidente de fuego cruzado relacionado con el combate; o de que fue muerto cuando realizaba una cobertura peligrosa, como por ejemplo una protesta que se vuelve violenta.
Si los motivos de una muerte no están claros, pero existe la posibilidad de que un periodista haya muerto en relación con su labor periodística, el CPJ clasifica el caso como “pendiente de confirmación” y continúa las investigaciones.
La relación de casos del CPJ no incluye los casos de periodistas que murieron a causa de una enfermedad o en accidentes automovilísticos o aéreos, a menos que el accidente haya sido provocado por actos hostiles. Otras organizaciones de prensa que emplean un criterio diferente al del CPJ divulgan una cifra diferente de muertes.
Elana Beiser es directora editorial del CPJ. Anteriormente se desempeñó como editora de Dow Jones Newswires y del diario The Wall Street Journal en Nueva York, Londres, Bruselas, Singapur y Hong Kong.
La labor periodística es incómoda. No solo para gobiernos, sino también para grupos que, no teniendo el poder formal, lo tienen de facto. Hay desgraciadamente un esfuerzo colectivo para asfixiar la información con diferentes grados de intensidad, en algunos casos hasta la muerte.
Pena de muerte (en Irán) – El periodista iraní Rouhallah Zamcompartía imágenes de las protestas de su país entre los más de un millón de seguidores de su canal de noticias Amadnews, en Telegram. Además también publicó artículos sobre la presunta implicación de varias autoridades en casos de corrupción. La historia acaba el 8 de diciembre de 2020 cuando, tras ser condenado en un juicio manifiestamente injusto, tan solo cuatro días después fue ejecutado por ahorcamiento. El delito: “propagación de la corrupción en la tierra”. Horrendo.
Asesinato (en México). El cuerpo del periodista mexicano Julio Valdivia Rodríguez fue hallado en la región de Tezonapa el 8 de septiembre de 2020 acomodado de tal manera que aparentaba haber sido arrollado por las ruedas del tren. Pero los peritos criminalistas confirmaron que el cuerpo había sido decapitado y trasladado hasta allí. Sus vecinos se espantaron al ver la cabeza del periodista colocada sobre su moto por los asesinos. Julio era corresponsal de sucesos del Diario El Mundo. Informaba sobre un conflicto entre la policía y un grupo criminal local. México es un país donde quienes desempeñan el periodismo se juegan la vida. El año pasado fueron asesinados al menos 19.
Cárcel (versión “occidental”). Julian Assange es quizá el periodista más famoso del mundo. Fundó Wikileaks, un sitio web que publica documentos filtrados por fuentes que se mantienen en el anonimato. El gobierno de Estados Unidos lo acusa de divulgar documentos secretos que, entre otras cosas, informaban de posibles crímenes de guerra cometidos por su ejército en Irák y Afganistán. En un compadreo de gobiernos occidentales, el Reino Unido se avino a arrestarlo, dado que vivía en este país. Julian podría ser extraditado a Estados Unidos, donde se enfrentaría a una condena de hasta 175 años de prisión. Resulta increíble que no se haya procesado y menos aún sancionado a un solo miembro del ejército estadounidense por presuntos crímenes de guerra y la única persona sentada en el banquillo y expuesta a pasar el resto de su vida en la cárcel es el editor que puso al descubierto dichos crímenes.
Desaparicion forzada y tortura (en China).ZhangZhan es una periodista ciudadana activa en hablar sobre política y temas relacionados con los derechos humanos en China. En febrero de 2020 viajó a Wuhan que era entonces el epicentro de la pandemia. Usó sus redes sociales para informar sobre la detención de periodistas independientes y familiares de personas enfermas con COVID-19. El 14 de mayo Zhang desapareció sin dejar rastro. Después se supo que había sido detenida por la policía en Shanghai (¡a 640 km!) donde estuvo durante meses con grilletes en los pies y las manos atadas durante 24 horas al día. En diciembre fue condenada a cuatro años de cárcel por “provocar peleas y crear problemas”. Tiene el dudoso honor de ser la primera periodista ciudadana condenada por informar sobre la COVID-19 en China.
Hostigamiento y amenazas de muerte (en Rusia). La periodista Elena Milashina lleva años denunciando en sus artículos las atrocidades que se producen en Chechenia y esto le ha puesto en más de una ocasión en riesgo de muerte. Recientemente sacó a la luz los abusos de la policía de Chechenia en un artículo titulado “Yo serví en la Policía de Chechenia y no quería matar gente”. Desvela los arrestos ilegales, torturas y ejecuciones extrajudiciales a manos del segundo regimiento de la patrulla especial chechena. Y por ello, además de soportar las amenazas y hostigamiento por parte de las autoridades chechenas, con el beneplácito de Moscú, ha sido acusada de libelo y de desestabilizar la situación política y social en el país.
Estrechar el margen de maniobra. Legislación restrictiva en países varios
Esta es una opción sutil, pero efectiva. Los ejemplos son abundantes y en todo el mundo.
Rusia aprobó enmiendas a su constitución que restringen el ya mínimo espacio para la libertad de prensa. En Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar publicar cualquier tipo de críticas a las autoridades en redes sociales o pedir reformas políticas y sociales puede suponer acusaciones de “perjudicar los intereses nacionales”, “agitar la opinión pública” o “menoscabar el sistema”, y condenas a penas de prisión, latigazos y multas. En Turquía pueden poner condenas por “terrorismo” y pasar muchos años en la cárcel. En Nigeria dos nuevos proyectos de ley castigarían con penas de hasta tres años de prisión, cadena perpetua y hasta pena de muerte las críticas al gobierno; mientras que, en Nicaragua, se aprobaron de manera exprés dos leyes y una reforma de la Constitución que permitiría la prisión a perpetuidad para periodistas que denunciaran políticas represivas del gobierno.
Además, la COVID-19 y la necesidad de no alarmar a la ciudadanía o que no se propaguen bulos ha dado la excusa definitiva a varios gobiernos para sacar su mano dura. Esto ocurrió en China, como ya sabemos, pero también en Níger y República del Congo.
Hoy día 3 de mayo, día mundial de la libertad de prensa te proponemos que defiendas a quienes tienen el afán de hacernos llegar la verdad.