UNIVERSO LORCA
LUGARES LORQUIANOS
VÍZNAR
El cuerpo de un menor, entre 11 y 14 años, fusilado a finales de 1936, es hallado en el Barranco de Víznar.
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Se trata de la víctima más joven de todas las recuperadas hasta el momento en las exhumaciones del enclave, en el que se calcula que hay enterradas más de 400 personas y donde podría estar el poeta Federico García Lorca.
BARRANCO DE VÍZNAR
1936
IMPRESCINDIBLEEl Barranco de Víznar es un borde en pendiente de unos 10.000 metros cuadrados de superficie que desciende sobre una curva cerrada y umbría de la carretera entre Alfacar y Víznar, declarada Lugar de Memoria. Es una zona cubierta por pinares espesos de repoblación, lo que permitió encubrir las tumbas tras las ejecuciones en masa cometidas a partir de julio de 1936 por pelotones formados por guardias de asalto y voluntarios de las Escuadras Negras.
El barranco está repleto de fosas comunes de todos los tamaños de las cuales han sido identificadas cinco. Allí fueron sepultadas tras una descarga rutinaria miles de personas por sus simpatías con la República como parte de la feroz represión que siguió a la sublevación.
Los primeros asesinatos en la zona se cometieron en Puerto Lobo; luego en el borde la carretera que conduce hasta Alfacar y a partir de septiembre de 1936 en los senderos del Barranco.
El Barranco de Víznar fue, junto con las tapias del cementerio de Granada, el lugar donde cayeron abatidos a tiros más simpatizantes de izquierdas.
Los pozos naturales, en realidad hoyos excavados por las escorrentías que vierten desde el Parque Natural de Huétor, se suceden prácticamente desde el borde de la carretera y continúan, según se asciende, al menos 500 metros. Es un inmenso cementerio civil.
La dificultad para acceder a la zona de enterramiento animó al Ayuntamiento de Víznar a abrir un sendero de tierra pavimentado que, tras un suave rodeo, conduce hasta la fosa principal alrededor de la cual existe una galería de piedra que los herederos de los fusilados y las asociaciones de memoria histórica han llenado de pequeñas placas metálicas con el nombre y las circunstancias de los asesinados.
Entre los muertos allí se cuenta el rector de la Universidad de Granada, Salvador Vila, que, tras ganar el rectorado en abril de 1936 a su rival académico, Antonio Marín Ocete, fue depuesto por los militares y sustituido por su competidor en las elecciones. Vila, arabista de 32 años, fue detenido en Salamanca, la ciudad donde le sorprendió la sublevación, traído a Granada y fusilado el 22 de octubre de 1936. Su mujer, Gerda Leimdörfer, hija del redactor jefe del principal periódico judío de Berlín, el Berliner Zeitung am Mittag, se salvó gracias a la mediación de Manuel de Falla que logró el perdón a cambio de su conversión al catolicismo.
En la fosa principal hay un sencillo monolito de piedra con la leyenda “Lorca somos todos. 18-08-2002”. La fosa suele estar llena de flores durante todo el año y con mensajes que reproducen cartas o poemas. El 19 de agosto acoge una velada poética, que comenzó a celebrarse clandestinamente durante los últimos años de la dictadura, que comienza a medianoche y se extiende hasta la madrugada. Fue la primera conmemoración a cielo abierto del asesinato de Lorca y de los miles de represaliados tras la victoria del franquismo.
El Barranco fue, junto con las tapias del cementerio de Granada, el lugar donde cayeron abatidos a tiros más simpatizantes de izquierdas. Los fusilamientos en Víznar llegaron hasta Puerto Lobo, donde hay constancia de la existencia de varias fosas, aunque los arqueólogos no han encontrado en ellas restos humanos.
La represión, según los historiadores, siguió un plan premeditado de eliminación sistemática de las fuerzas políticas y sindicales republicanas. Tras los primeros asesinatos descontrolados de agosto de 1936, la represión se organizó y se centró en los cabecillas y participantes en las huelgas habidas en el periodo republicano. Las ejecuciones en Víznar no se terminaron con la guerra y continuaron años después.
El 19 de agosto acoge una velada poética, que comenzó a celebrarse clandestinamente durante los últimos años de la dictadura, que comienza a medianoche y se extiende hasta la madrugada.
Imagen de las prospecciones arqueológicas iniciadas el 28 de junio de 2013.
El 28 de junio de 2013, el Ayuntamiento de Víznar y la Dirección General de Memoria Democrática iniciaron una serie de prospecciones arqueológicas para localizar, señalar y dignificar los enterramientos comunes del Barranco. En total fueron excavados once posibles tumbas. Los arqueólogos encontraron munición y restos humanos en cinco de ellas. Los hallazgos, sin embargo, no fueron cuantificados públicamente. La Junta presentó una denuncia por crímenes de lesa humanidad para que el juez se diera por enterado y si lo estimaba conveniente investigara lo que denominó “una muestra de violencia generada por un poder público de forma sistemática”.
Con posterioridad, en 2014, la búsqueda de fosas se amplió a otros 40.00 metros cuadrados por la zona de Puerto Lobo donde los arqueólogos no encontraron restos humanos.