Al menos 40 muertos en la peor catástrofe ferroviaria de Grecia

La peor catástrofe ferroviaria de la historia de Grecia se ha cobrado la vida de al menos 40 personas, decenas de las cuales siguen sin conocerse.

Un tren de pasajeros que se dirigía de Atenas a Tesalónica chocó frontalmente con un tren de mercancías poco antes de la medianoche del martes, a las afueras de la ciudad de Tempe, en el centro de Grecia. Al parecer, el tren de pasajeros circulaba a una velocidad de entre 140 km/h y 160 km/h, y el tren de mercancías a 100 km/h.

El tren de pasajeros viajaba hacia el norte tras salir de la estación de Larisa, y el tren de mercancías viajaba hacia el sur desde Salónica a Larisa. Tras la colisión, el tren destrozado cayó a un campo junto a las vías.

Entre los fallecidos hay ocho empleados ferroviarios, entre ellos los dos conductores del tren de mercancías y los dos del tren de pasajeros, según el presidente del Sindicato Griego de Trabajadores Ferroviarios, Yannis Nitsas.

Los bomberos informaron el miércoles de que 66 de los 85 heridos en la colisión habían sido trasladados a hospitales de Larisa. Seis se encuentran en cuidados intensivos.

Para la operación de rescate fueron necesarios 150 bomberos, 17 vehículos y cuatro grúas. Se movilizaron 40 ambulancias. Unas 200 personas que sufrieron heridas leves o resultaron ilesas fueron trasladadas en autobús a Tesalónica.

Muchos de los cerca de 350 pasajeros a bordo eran estudiantes que regresaban a casa en Tesalónica, la segunda ciudad de Grecia tiene una gran población universitaria, tras las vacaciones por la cuaresma ortodoxa griega. Según el Greek Reporter, 'el jefe de la unidad de urgencias del hospital de Larissa, Apostolos Komnos, dijo que la mayoría de los fallecidos eran jóvenes, de unos 20 años'.

En la colisión descarrilaron los cuatro primeros vagones del tren de pasajeros. Los dos primeros vagones se incendiaron y quedaron 'casi completamente destruidos' y 'ya no existen', según el gobernador de la región de Tesalia, Kostas Agorastos.

Con los dos primeros vagones aplastados, el tercero, el del restaurante, se precipitó sobre ellos y se incendió. Hubo noticias de pasajeros que salieron despedidos por las ventanillas del tren. Algunos cadáveres fueron encontrados a 40 metros de la vía férrea.

El superviviente Angelos declaró a la AFP: 'Me sentí como en un terremoto... Vi escenas de horror en los primeros vagones. Todavía estoy temblando'.

Otro superviviente, Stergios Minenis, declaró a Reuters: 'Oímos un gran estruendo... Estuvimos dando vueltas en el vagón hasta que caímos de costado y hasta que cesó la conmoción. Entonces cundió el pánico. Cables, fuego. El fuego fue inmediato. Mientras nos dábamos la vuelta nos estábamos quemando. El fuego era a derecha e izquierda.

'Durante 10, 15 segundos fue un caos. Volcaduras, incendios, cables colgando, ventanas rotas, gente gritando, gente atrapada.

'Nunca había visto algo así en toda mi vida. Es trágico. Cinco horas después, estamos encontrando cadáveres', dijo un rescatador a la AFP.

El jefe forense del hospital general de Larisa, Roubini Leontari, declaró el miércoles que 35 cadáveres se encuentran 'ahora mismo en el depósito de cadáveres mientras continúa el traslado de otros cuerpos... Algunos cuerpos estaban completamente carbonizados y son irreconocibles, en su mayoría se trata de gente joven'.

La BBC informó de que 'el cuerpo de bomberos local dijo previamente que el vagón de tren que se incendió alcanzó temperaturas de 1.300C (2.370F), mientras que el alcalde de Larissa, Apostolos Kalogiannis, ha indicado que algunos de los fallecidos sólo podrían ser identificados mediante pruebas de ADN.'

El peor accidente ferroviario ocurrido anteriormente en Grecia se produjo en 1972, cuando murieron personas en un choque frontal entre dos trenes, también cerca de Larisa. Cuando se conozca el número definitivo de víctimas mortales, podría superar el de las 80 personas que murieron en un descarrilamiento de alta velocidad en España en 2013, tras volcar un tren cerca de Santiago de Compostela. Las muertes ya superan con creces el último choque frontal comparable ocurrido en la red ferroviaria europea en 2016, en Bad Aibling (Alemania), en el que murieron 12 personas.

El gobierno conservador griego de Nueva Democracia (ND) ha declarado tres días de luto nacional.

Las consecuencias políticas fueron inmediatas: el ministro de Infraestructuras y Transportes, Kostas Karamanlis, dimitió el miércoles por la tarde. También dimitieron los directores de la privatizada Organización Helénica de Ferrocarriles y de su rama de proyectos ERGOSE.

Por el momento no es posible determinar las causas inmediatas de la tragedia, pero se sabe que ambos trenes llevaban varios kilómetros circulando el uno hacia el otro por la misma línea. El tramo de 27,3 kilómetros de vía en el que se produjo el accidente era de doble vía y tenía instalados controles automáticos, pero las maniobras y la señalización seguían controlándose manualmente.

El jefe de estación, de 59 años, fue detenido en Larisa y acusado de homicidio involuntario por negligencia, lesiones corporales masivas involuntarias por negligencia e interferencia peligrosa en el transporte. El jefe de estación niega haber cometido delito alguno y afirma que el accidente se debió a un posible fallo técnico. El jefe de estación tomó posesión de su cargo hace 40 días, tras un año de formación.

Cualesquiera que sean las causas inmediatas, atribuir la responsabilidad a una sola persona es encubrir los hechos.

Muchos entienden que las causas son mucho más profundas en una sociedad en la que los servicios básicos y las infraestructuras se han degradado o destruido masivamente durante los últimos 15 años de austeridad a ultranza llevada a cabo por los sucesivos gobiernos, incluyendo SYRIZA (Coalición de la Izquierda Radical). Las asociaciones de estudiantes de Salónica han exigido una investigación completa sin 'encubrimiento'. El miércoles por la tarde, los manifestantes se concentraron ante la sede de Hellenic Trains en la avenida Syggrou de la capital, Atenas. En una pancarta se leía: 'No fue un error, ni un momento desafortunado, sus beneficios están por encima de la vida'. En otra se leía: 'Nuestros muertos, sus beneficios'.

La protesta fue brutalmente atacada por la policía antidisturbios con granadas aturdidoras y gases lacrimógenos, y los manifestantes avanzaron hacia el Parlamento.

Mientras se producía el ataque, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis declaró en un discurso televisado: 'Todo demuestra que el drama se debió, lamentablemente, sobre todo a un trágico error humano'.

El presidente de la asociación de maquinistas, Kostas Genidounias, comentó a ERT el estado calamitoso de la red ferroviaria entre las dos mayores ciudades de Grecia: 'Nada funciona. Todo se hace manualmente en la red Atenas-Salónica. Ni los indicadores, ni los semáforos, ni el control electrónico del tráfico funcionan'. Nikos Tsikalakis, líder del principal sindicato ferroviario, declaró a Radio ENA que sólo hay 750 empleados ferroviarios en todo el país, muy por debajo de los más de 2.000 necesarios.

Según The Guardian, 'según las estadísticas de la Agencia Ferroviaria de la UE, la seguridad ferroviaria de Grecia ha sido la peor de la UE en la última década, aunque este dato se ve fácilmente distorsionado por su pequeña red, aproximadamente el 2% de la del Reino Unido. Un alto porcentaje de las muertes han sido trabajadores de las vías y no pasajeros'.

Durante la mitad de ese periodo, la antigua red ferroviaria estatal y la empresa de material rodante de Grecia han sido propiedad privada, el resultado de una venta masiva de activos estatales por valor de 55.000 millones de euros exigido por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las instituciones financieras durante una ofensiva de austeridad llevada a cabo por gobiernos sucesivos encabezados por ND, el socialdemócrata PASOK y la pseudoizquierdista SYRIZA (en el poder entre 2015 y 19).

En junio de 2010, a medida que se agravaban las salvajes medidas de austeridad, los trabajadores ferroviarios celebraron una huelga nacional de 24 horas contra la propuesta de privatización del 49% de la red ferroviaria estatal, TrainOSE, que iba a poner en marcha un programa trienal de privatizaciones a cambio de onerosas condiciones de préstamo de la UE y el FMI.

La privatización de TrainOSE finalmente se llevó a cabo bajo SYRIZA en 2017, cuando Ferrovie Dello Stato Italian, el holding ferroviario estatal italiano, compró los ferrocarriles griegos por tan solo 45 millones de euros. A continuación, la recién privatizada TrainOSE pagó un precio de compra igualmente bajo de 22 millones de euros por la empresa estatal de mantenimiento de material rodante EESSTY en 2018. Más de cinco años después de la privatización, los sistemas de seguridad siguen sin estar totalmente automatizados en la anticuada red ferroviaria griega.

Han sido muchas las advertencias de que podría producirse un incidente grave como consecuencia de los recortes y de la falta de implantación de la tecnología necesaria. Hace menos de un mes, refiriéndose a dos recientes accidentes ferroviarios en la misma línea, una circulación del sindicato de maquinistas a sus afiliados rezaba: 'No vamos a esperar a una 'próxima catástrofe ferroviaria' para verles [gobierno, compañía ferroviaria] derramar lágrimas de cocodrilo...'

(Publicado originalmente en inglés el 1 de marzo de 2023)

Informació enviada per World Socialist Web Site a Maxi Martos, redactor de las afueras.