En esta macrogranja se “fabrican” hasta 651.000 lechones al año, así que te puedes imaginar lo que hay detrás, todos los recursos necesarios y la contaminación que genera. Cuando hablamos con la gente de allí que viene denunciando estas atrocidades desde hace años, como es la Plataforma Salvemos Castilléjar, descubrimos más aún. El Grupo Fuertes - Cefusa, El Pozo y compañía, a quien pertenece esta macrogranja - quiere ampliar aún más este complejo industrial. Quiere llegar a duplicar la capacidad, producir hasta 1,2 millones de cerditos al año y engordarlos por allí, para ahorrar costes de transporte y maximizar sus beneficios económicos. Su codicia no tiene fin y su actividad está al margen de los límites del planeta y de lo que puedan sentir los animales creados en estas condiciones.
A Greenpeace no nos van a callar, y por lo visto tampoco a las plataformas ciudadanas. Se vislumbra un tsunami contra las macrogranjas y nadie nos va a parar.
Hemos entregado al Ministerio de Transición Ecológica las 237.000 firmas de todas las personas que nos apoyan en ese grito que se escucha cada vez más alto de ¡Macrogranjas NO! Saber que seguramente miles más se van a unir después de ver estas imágenes, me reconforta, justifica todo el trabajo y noches sin dormir y me anima a seguir. A seguir hasta que esto se acabe para siempre.
Nuestras demandas más urgentes:
- Establecer inmediatamente una moratoria estatal y/o regional: ¡ni explotaciones nuevas ni ampliaciones de las existentes!
- Reducir gradualmente la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50% de animales menos en 2030;
- Adoptar una nueva regulación de nitratos que permita reducir al menos un 50% las emisiones de nitrógeno para 2027 y sirva de freno a la ganadería industrial;
- Incluir el sector agrícola en todos los planes de acción, leyes y políticas estatales y regionales de mitigación y adaptación al cambio climático así como de recuperación económica;
- Abordar la transición agroecológica del sector agroalimentario desde los fondos Europeos. No destinar un solo euro a proyectos que agraven la crisis ambiental.
Ser testigos y denunciar los daños ambientales, y en este caso también de un sistema que transforma en "cosas" a seres vivos, es lo que Greenpeace viene haciendo desde hace justo 50 años. Y lo vamos a seguir haciendo, hasta que dejemos de maltratar a este planeta, a todas las personas que viven en él y a las demás especies.
¡Vamos a parar este desastre medioambiental!
De todo corazón, y en nombre de todos los equipos de Greenpeace movilizados, gracias. Gracias por tu compromiso a nuestro lado, ¡tu presencia es decisiva!
Un abrazo,
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