NO A LA MINA DE LAS NAVAS (CAÑAVERAL)
Manifestamos nuestra oposición a la creación de la megamina proyectada por JESAMPA en La Dehesa Boyal Las Navas de la localidad de Cañaveral (Cáceres) debido al grave riesgo para la salud de los vecinos, el impacto medioambiental y la destrucción del desarrollo sostenible de Cáceres.
#noalaminacañaveral
#salvemoslasnavas
Esta megamina que se quiere realizar, se sitúa en una dehesa de alto valor ecológico (en la que habitan muchas especies incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas de Extremadura, algunas incluidas en la categoría de "En Peligro de Extinción"), debido a que se trata de una zona que sirve de enlace y corredor ecológico entre varios espacios protegidos, como son la Reserva de la Biosfera de Monfragüe, la ZEPA Monfragüe y las Dehesas del Entorno y la ZEC Monfragüe a unos 3 kilómetros al noreste de la zona de explotación de la mina, y la ZEPA Canchos de Ramiro y Ladronera a menos de 1 kilómetro al sudoeste de la misma. Siendo la mayoría de estos espacios integrantes de la Red Natura 2000, y por tanto protegidos por normativa europea.
El proyecto afectaría a los ecosistemas naturales de los pueblos de Cañaveral, Grimaldo, Casas de Millán, Pedroso de Acím, Holguera, Portezuelo o Torrejoncillo. El proyecto provocaría la destrucción de hábitats y la contaminación de la cuenca del río Alagón y Tajo donde irían a parar los residuos tóxicos de la mina.
Además, afectaría negativamente y de manera directa a los vecinos de la localidad de Grimaldo, debido a que la zona de interés para la explotación estaría a unos 250 m del núcleo urbano.
El objetivo de la Mina de la “Dehesa de Las Navas” es la extracción de litio para que los beneficios, una vez más, beneficien a la industria del automóvil a costa de la destrucción de ecosistemas de alto valor ecológico en un nuevo ejemplo de desarrollo NO sostenible.
Esta mina está proyectada para sacar litio, cesio y tántalo, los cuales son altamente tóxicos, cancerígenos y perjudiciales para la salud. ¿Alguien desea vivir en un entorno insalubre y potencialmente radioactivo?. ¿Qué ocurriría con los productos agro-ganaderos de calidad?. ¿Quién compraría estos productos?.
La mina generaría graves impactos sobre la vegetación arrasando más de 2000 encinas y alcornoques. También podría afectar directamente a especies de fauna y flora protegidas transformando de manera irreversible todo el entorno.
Los promotores de la mina anuncian falsamente la creación de 400 empleos directos en la comarca durante 20 años. No obstante, la realidad es que sólo serían unos pocos empleos y de baja cualificación y no se compensarían a largo plazo los daños sobre la agricultura y ganadería de la zona, ya que una vez cesada la actividad la zona quedaría prácticamente desértica y el territorio sería improductivo durante décadas. No se puede sustituir una dehesa de encinas y alcornoques centenarios por plantones de árboles jóvenes que necesitarían muchas décadas para ser productivos, y eso en el difícil caso de que pudieran arraigar en un suelo infértil. No existen garantías de restauración de la zona y en muchas explotaciones mineras se abandona la zona sin realizar los trabajos de revegetación o de corrección de los impactos ambientales.
La explotación de la Mina necesitaría, según el proyecto, 400.000 m3 de agua al año que según los promotores provendrían de la EDAR y del embalse de Cañaveral, de las aguas de escorrentía procedentes de la lluvia y arroyos de la zona, así como de un pozo que se realizaría al este de Grimaldo, pudiendo ocasionar, en este último caso, la extinción de los ya escasos recursos hídricos de lo que se abastece esta localidad, haciendo imposible la habitabilidad de la misma.
Todo ello, ocasionaría graves consecuencias por la esquilmación de los recursos hídricos utilizados en la agricultura y la ganadería de la zona, así como la contaminación de las aguas tanto superficiales como subterráneas que influiría negativamente sobre las explotaciones agrarias y ganaderas de toda la Comarca de las Vegas del río Alagón. De este modo la sequía y la contaminación de las aguas sería el futuro para los arroyos y acuíferos de la zona. ¿Se ha pensado en los puestos de trabajo y explotaciones agroganaderas que destruiría la mina?.
El proyecto con toda probabilidad afectaría al acuífero de Galisteo, uno de los mejores y mejor conservados de toda la Cuenca Hidrográfica del Tajo.
En la fase de explotación del proyecto se calcula la extracción de un total de 27.5 Mm3 de materiales estériles que serían almacenados en una enorme escombrera permanente que ocuparía una superficie de unas 150 ha. a 600 metros de Grimaldo. Además, se cita en el proyecto la existencia de minerales (tántalo y niobio) potencialmente peligrosos por presentar un potencial radiactivo. ¿Se va a dejar un medioambiente radioactivo y peligroso durante cientos de años para toda la comarca?.
Se contempla una primera fase extractiva a cielo abierto de 33 ha. y otra fase de la explotación en galerías subterráneas que llegaría a una profundidad de -50 m.s.n.m. Y todo ello, mediante voladuras constantes a menos de 2 kilómetros del pueblo de Grimaldo, y también a escasos kilómetros de otros pueblos como Holguera, Pedroso de Acím o Casas de Millán. Además, existe un grave riesgo para los núcleos urbanos debido a los residuos tóxicos ocasionados (tanto en explotación como en la planta de tratamiento) y al polvo en suspensión todo ello muy dañino para la salud. ¿Pero además, qué garantías existen de que todo no sea un engaño, y que posteriormente la mina sea 100% a cielo abierto que tiene menos costes de explotación?.
La distancia de la macromina a los pueblos sería de:
✔ Grimaldo a menos 600 m al este.
✔ Pedroso de Acím a unos 2 km al sureste.
✔ Holguera a unos 2 km al norte.
✔ Cañaveral a unos 4 km al sur.
✔ Casas de Millán a unos 3 km al sureste.
✔ Portezuelo a unos 7 km al suroeste.
✔ Torrejoncillo a 8 km al noroeste.
Para el tratamiento del mineral extraído se utilizarán productos muy tóxicos como el ácido sulfúrico o el ácido clorhídrico y no existen garantías de que estas sustancias no acaben contaminando las aguas e hipotecando el futuro de la agricultura y ganadería de la zona. ¿20 años de explotación de una macromina justifican la destrucción de unos ecosistemas configurados durante cientos de años por los habitantes de la Comarca?. ¿De qué vivirán dentro de 30 años?.
El proyecto aún se encuentra en una fase inicial y son muchos los impactos ambientales indeseables que esta macromina generaría sobre toda esta extensa comarca pudiendo incumplir numerosas normativas de carácter ambiental, y entre ellas las Directiva de Aves 79/409/CEE, Directiva de hábitats 92/43/UE y Directiva de aguas 2000/60/CE.
El proyecto provocaría renunciar al desarrollo turístico sostenible debido a la destrucción del patrimonio natural y paisajístico. El desarrollo sostenible para la dehesa extremeña que viene publicitando la Junta de Extremadura y la Estrategia de Economía Verde y Circular de Extremadura 2030 parece ser otra mentira de nuestros políticos.
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