GINEBRA (Suiza), 21 de febrero de 2015. A medida que continúan los combates en el este de la República Democrática del Congo (RDC), la situación humanitaria se está deteriorando rápidamente en el vecino Burundi, donde se registra un aumento de las llegadas diarias a través de su frontera noroeste. Con el objetivo de alcanzar la seguridad en Burundi, los refugiados están tomando mayores riesgos, utilizando botes improvisados para cruzar el río Rusizi.
Solo el miércoles, más de 9.000 personas llegaron huyendo de lo que describieron como una situación cada vez más terrible al otro lado de la frontera.
En lo que llevamos de febrero, hasta 40.000 nacionales congoleños – la mayoría mujeres y niños – han llegado a Burundi en busca de protección internacional. Es probable que este número aumente a medida que las hostilidades en la RDC avancen hacia la ciudad de Uvira, cerca del principal cruce fronterizo oficial con Burundi.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, acoge con satisfacción la decisión del Gobierno de Burundi de otorgar el estatuto de refugiado prima facie a quienes huyen del conflicto en la RDC, asegurando su rápido acceso a la protección y asistencia humanitaria crucial.
Los recién llegados son principalmente congoleños que ya estaban desplazados internamente por conflictos anteriores, y que ahora se ven forzados a desplazarse una vez más por los nuevos enfrentamientos. Algunos llegan desde lugares tan lejanos como Goma -situada a cientos de kilómetros al norte-, lo que supone un devastador ejemplo más del reiterado desplazamiento en la región de África Oriental.
Los equipos de ACNUR en el terreno están observando un número preocupantemente alto de niños y niñas entre los recién llegados, muchos de ellos no acompañados o separados de sus familias mientras huían. Los refugiados describen huir de intensos enfrentamientos y tiroteos. Muchos afirman que no tenían suficiente comida para sobrevivir y que no podían seguir trabajando sus tierras.
La gran mayoría continúa llegando a través de pasos fronterizo no oficiales, a menudo cruzando el río Rusizi hacia los municipios de Rugombo y Buganda, en la provincia de Cibitoke. Muchas familias permanecen sin refugio a la intemperie, expuestas a las inclemencias en medio de fuertes lluvias estacionales. Otros han buscado cobijo en escuelas, centros de tránsito y en un estadio con servicios limitados.
Hay una necesidad urgente de cobijo, alimentos y letrinas, así como de reubicar a los recién llegados en otros espacios para abordar el hacinamiento.
Se han confirmado varios casos de sarampión, y existe un riesgo real de que la enfermedad se propague dado el creciente número de personas en la zona. En Rugombo, se está llevando a cabo una campaña de vacunación para poner freno a la propagación de la enfermedad.
ACNUR y sus socios están intensificando la asistencia, distribuyendo comidas calientes y agua a los recién llegados. También se están distribuyendo artículos de asistencia humanitaria de emergencia como materiales para dormir, cubos y jabón. Las organizaciones comunitarias están brindando un apoyo excepcional a las personas refugiadas.
Trabajando con las autoridades nacionales, los refugiados serán trasladados en los próximos días al campamento de refugiados de Musenyi en el sureste del país, que tiene una capacidad para 10.000 personas. El Gobierno también planea asignar terrenos donde establecer nuevos campamentos.
También se han registrado desplazamientos de población menos numerosos a otras partes de la región, con alrededor de 15.000 nuevas llegadas registradas en otros países vecinos desde enero. A Uganda, desde enero han llegado -principalmente a través del centro de tránsito de Nyakabande - más de 13.000 personas de la RDC, incluidos residentes de Goma. En Ruanda hasta ahora no hay indicios de que se haya registrado un aumento notable en las llegadas que hayan optado por quedarse y buscar asilo, ya que la mayoría ya ha regresado a la RDC. El 19 de febrero, 53 nacionales congoleños buscaron refugio en Kigoma, Tanzania, el número más alto en un solo día desde el comienzo del año.
Para responder a esta emergencia que no hace sino empeorar, ACNUR ha solicitado 40,4 millones de dólares para reforzar la preparación y brindar protección y asistencia vital a 275.000 personas desplazadas internamente en las provincias de Kivu Sur, Kivu Norte, Maniema y Tanganyika en la RDC, así como para dar apoyo ante una potencial llegada de 258.000 refugiados, solicitantes de asilo y retornados a los países vecinos, incluidos Burundi, Ruanda, Tanzania, Uganda y Zambia.
ACNUR hace un llamamiento a la comunidad internacional para que dé apoyo a los esfuerzos iniciados por las autoridades nacionales y los socios humanitarios. Las necesidades están superando los recursos. Sin una inyección urgente de fondos, corremos el riesgo de un mayor deterioro a medida que la crisis continúa agravándose.