Comunicat de COESPE en solidaritat amb les persones afectades per la DANA
Des de la Coordinadora Estatal per a la Defensa del Sistema Públic de Pensions (COESPE), volem expressar la nostra profunda solidaritat amb totes les persones afectades pel recent episodi de Depressió Aïllada en Nivells Alts (DANA), que està causant estralls en diverses comunitats autònomes. Lamentem profundament les pèrdues humanes, així com els danys materials i el patiment dels qui es troben en situació de vulnerabilitat a causa d'aquest fenomen meteorològic extrem.
Els recents episodis de pluges torrencials, inundacions i desbordaments en diverses zones del planeta i del nostre país, que han deixat morts, desapareguts i a centenars de famílies devastades, no poden ser ignorats ni considerats fets aïllats. Cada vegada és més evident que el canvi climàtic està afectant de manera directa la vida de milions de persones, amplificant desastres naturals i augmentant la freqüència i intensitat de fenòmens com la DANA.
No obstant això, mentre les conseqüències de la crisi climàtica es fan cada vegada més palpables, els governs semblen més enfocats en agendes curtterministes, en lloc d'aplicar polítiques efectives per a frenar la deterioració ambiental. Els cims i reunions internacionals sobre el clima s'han convertit en un trist espectacle on, en lloc d'acordar mesures contundents, els líders polítics aprofiten per a fer-se la foto i després tornen als seus països a legislar en favor de les grans empreses responsables de la contaminació.
Des de COESPE, instem els representants públics a actuar de manera urgent i responsable en defensa del nostre planeta i del benestar de les generacions presents i futures. És imperatiu que es destinin fons i recursos per a la prevenció i gestió d'aquests desastres, així com per a implementar mesures reals que redueixin les emissions i promoguin un desenvolupament sostenible.
A les 13.11 hores del 2 de novembre de 2024, ja es comptabilitzen 207 persones mortes a causa de la DANA, un cost massa alt que, en gran manera, podria haver-se evitat. La desinformació i la falta de previsió del Govern de la Generalitat Valenciana, així com les polítiques de retallades i desmantellament dels serveis públics que s'estan duent a terme al nostre país a tots els nivells, han contribuït de manera alarmant a aquesta tragèdia.
És important reconèixer l'impacte emocional i el desastre humanitari que aquesta situació ha generat, així com la desídia dels partits polítics, que una vegada més no estan a l'altura dels esdeveniments i no ofereixen una postura clara sobre el que hauria d'haver-se fet. El govern hauria d'haver assumit el lideratge en la gestió de la catàstrofe, atès que té competències i raons evidents per a això. Tanmateix, sembla més preocupat pels equilibris polítics que per vetllar pels interessos del poble.
Volem destacar la immensa solidaritat ciutadana que s'està mostrant des de tot arreu de l'Estat, amb iniciatives d'ajuda a les persones damnificades per aquest fenomen natural.
Convoquem a totes les concentracions de marees, plataformes i associacions territorials de COESPE a realitzar un minut de silenci en honor a les persones mortes, que, lamentablement, podrien ser encara més dilluns que ve.
Ens solidaritzem amb les víctimes d'aquesta tragèdia i reiterem el nostre compromís d'exigir polítiques que protegeixin tant les persones com al medi ambient. Recordem sempre, com demostra la ràpida disposició per a ajudar en aquests casos, que:
“NOMÉS EL POBLE SALVA AL POBLE"
Governi qui governi, la vida, la dignitat de les persones i els serveis públics es defensen.
Comissió de Comunicació de COESPE
4 de novembre de 2024
#SoloElPuebloSalvaAlPueblo
#lamovilizaciónnuestrafuerza
#LosGastosMilitaresParaSalvarVidas
ANTECEDENTS DE LA NOTÍCIA, SEGONS LA REVISTA CLIMÀTICA.
|
CLIMÀTICA
PAIPORTA (València) | No hay palabra ni imagen que pueda reflejar con precisión el panorama desolador en Paiporta, una de las poblaciones afectadas por la DANA en la provincia de València. La expresión ‘zona de guerra’ casi que se queda corta para describir el estado en el que se encuentra la localidad de l’Horta Sud. No se trata solo de la visión de cientos de coches destrozados que se pueden encontrar, literalmente, en cualquier posición y lugar. Es la impresión general de desastre que destila la zona. Por las calles es posible tropezar casi con cualquier objeto que ha sido arrastrado por las aguas, como enormes paquetes de plástico de una planta de reciclaje. Las vías de Metrovalencia que cruzan el barranco del Poio junto a la estación, están colgando fuera del tablero, y restos de vegetación (cañas, sobre todo) aparecen enganchados casi en cualquier lugar.
En una alquería antes de llegar al pueblo, Andrés Olmos retira el barro de su propiedad. Olmos, agricultor, vive en Xirivella, y el martes se jugó la vida para salvar a sus animales: “La Guardia Civil no me dejaba pasar. Decían que las personas son más importantes que los animales, pero no iba a dejarlos morir, ¿no?”. Su padre, sentado en la entrada, reside en La Torre. Se queja de que nadie les avisó de lo que podía suceder. “Ayuda ninguna, ni antes ni después”, remata Olmos.
Un poco más adelante, un policía local de Oliva situado en la rotonda que da acceso a Paiporta impide el paso a los vehículos particulares. Josefina Hernández es vecina del pueblo y ha salido a la rotonda para esperar a su hija, que le lleva ayuda en coche. Dice que no tiene ganas de hablar: “Lo he perdido todo”. El trasiego de vehículos es incesante: del Ejército de Tierra, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), de Protección Civil, de la Guardia Civil (incluso alguno de la Unidad de Actividades Subacuáticas) y hasta de World Central Kitchen, la ONG del cocinero José Andrés. Desde la rotonda y hasta llegar al pueblo, varios agentes regulan el tráfico y las columnas interminables de voluntarios.
Álex Guías es un superviviente de la zona cero de Paiporta. Su domicilio está en el primer piso de un edificio ubicado junto al barranco del Poio, cuyo desbordamiento provocó la riada. “En primera línea de defensa”, aclara. Con un cepillo, limpia el barro que todavía queda en la planta baja. La planta baja, porque lo que antes eran dos locales independientes, en medio de los cuales se encontraba el portal de acceso a las viviendas, ahora es un espacio diáfano, con un único elemento: un coche empotrado en una esquina. “Es de un vecino de Torrent. Le he dicho que me debe una cena por tenerlo aquí”, relata Guías con humor.
La planta baja en la que está el coche era una cafetería que iba a abrir en dos semanas. “Estaba todo nuevo. La dueña está conmocionada”, explica. Nunca olvidará la noche del martes. El agua del barranco llegó golpear la persiana de su ventana. Veía como arrastraba hasta las lápidas del cementerio cercano. Los vecinos se refugiaron en un trastero de la azotea y salvaron la vida.
A la vuelta de la esquina hay un enorme solar. Desde hace poco. Del edificio que lo ocupaba apenas queda nada. El agua se lo llevó por delante. Los escombros atenuaron el impacto sobre el bloque de viviendas que hay enfrente. La planta baja está llena de cañas. Una vecina dice que ahora está bien, que antes no se podía ni pasar. Cristina Dovydanskaite tiene alquilada una habitación en una vivienda del primer piso desde hace ocho meses. “Menos mal que pagué el viernes la renta, porque no me queda nada”, confiesa. No puede evitar llorar mientras cuenta su situación: “No tengo trabajo, no tengo ingresos. Me quedan 50 euros en el bolsillo. No tengo ganas ni de comer”. Eso sí, tiene la compañía de su perrito y un nuevo compañero de piso: han acogido a un vecino que se quedó sin casa.
Atravesar muchas de las calles de Paiporta resulta complicado. Hay coches destrozados por todas partes y la parte central suele estar ocupada por los montones de basura que se sacan de las casas. El barro complica todavía más los desplazamientos. La labor de las personas que han llegado al pueblo para ayudar resulta imprescindible. Una auténtica riada humana se movilizó el viernes aprovechando la festividad. Son ellos los que están realizando el grueso de los trabajos de limpieza. “Ayuda [oficial] aquí, ninguna. Ves pasar a muchos coches de policía, de militares, pero ¿ves a alguien con una pala? A Nadie”, lamenta Álex Guías.
La plaza de l’Església de Sant Jordi se ha convertido en un cenagal. “¡Qué pena! La reformaron hace un año. ¡Con lo bien que había quedado!”, exclama un vecino. En el centro, grupos de voluntarios y voluntarias hacen una pausa al mediodía para comer. Dos obreros aseguran la persiana metálica del Consum para evitar nuevos saqueos. A su lado, un estanco tiene las puertas abiertas de par en par y nadie en su interior. Las estanterías están vacías. No queda nada que llevarse. Un tronco enorme está sobre la acera. Un vecino explica que lo han sacado del interior de un edificio. “No sé cómo se pudo meter por esa puerta”, comenta, mientras señala la entrada. Al lado, dentro de la peluquería Salón 42 Estilistas, está el resto del árbol, la raíz, empotrada contra la pared del fondo.
El jardín del chalet de Català es ahora una piscina de lodo en la que los aparatos de juegos infantiles están semihundidos en el fango. Un grupo de voluntarios ha improvisado un camino de tablones para atravesarlo, aunque eso no impide que, en algunos puntos, el barro cubra casi todo el calzado. Al lado, en el supermercado Hiperber, está trabajando la UME ante la atenta mirada de un equipo de la televisión francesa TF1. Un vecino conjetura que en el garaje hay varios cadáveres de personas que quedaron atrapadas en sus coches. “Solo en Paiporta habrá más de cien muertos”, advierte.
Varias de esas víctimas mortales aparecieron en las viviendas ubicadas en las plantas bajas del otro lado del barranco. Conchín habita una de ellas: “Fue todo muy rápido, de golpe. Conseguimos llegar a la parte de arriba, a la terraza, y nos salvamos”. No todos sus vecinos tuvieron la misma suerte. Cuando pasó lo peor, comenzaron a llamarse para comprobar si estaban bien: “¡Salvador, Emilieta!”. Pero Salvador y Emilieta no respondieron. Los encontraron ahogados en la cocina.
También apareció muerto un hombre mayor que vivía solo unas casas más adelante. Conchín está muy agradecida a las personas que están limpiando el garaje de su casa. Otros grupos le han llevado agua y ropa. Cerca de casa de Conchín, una guardería evitó la tragedia por poco. El local se inundó cuando los pequeños ya se habían ido. La señora de la limpieza pudo salvar la vida al refugiarse en el piso superior.
La destrucción en Paiporta es evidente y la vuelta a la normalidad se presume larga. “Hay que seguir. ¿Qué vamos a hacer?”, zanja Álex Guías sin perder el optimismo.
ECOLOGISTES EN ACCIÓ
Les conseqüències tràgiques de la DANA exigeixen mesures d’alerta precoç i accions contundents davant l’emergència climàtica
- Ecologistes en Acció trasllada tota la seva solidaritat amb les persones afectades per la DANA al País Valencià ia Castella-la Manxa.
- Les pèrdues humanes de la DANA són més de 13 vegades més grans que les derivades de l’huracà Milton.
- L’organització ecologista denuncia la tardança d’actuació per part dels responsables polítics dels sistemes d’alerta i emergències.
- La manca d’una regulació urbanística adequada, d’un model forestal i agrícola adaptat, ignorar els plans de risc d’inundació o la manca de mesures eficaces davant les emergències són qüestions que exigeixen abordar-se de manera urgent.
La DANA deixa diverses comarques de les províncies de València, Albacete i Cuenca negades, amb més de 150 persones mortes i desenes de desaparegudes fins ara. Ecologistes en Acció se solidaritza amb totes les persones afectades, molt especialment amb aquelles que han perdut els seus éssers estimats. Per a l’organització ecologista, aquest episodi ha d’accelerar la implantació de mesures urgents, que ofereixin respostes immediates i eficaces, avançant en la descarbonització urgent de l’economia cap a una transformació que posi el planeta i les persones al centre.
A nivell territorial, Ecologistes en Acció exigeix més eficiència i rapidesa en els avisos i les actuacions del govern de la Generalitat Valenciana, així com en la reconstitució de serveis d’emergència que ajudin a mitigar els profunds danys produïts per aquest o altres fenòmens naturals.
En el cas del País Valencià, les pluges més intenses es van formar a les comarques interiors de València (la Plana d’Utiel-Requena, la Foia de Bunyol-Xiva i els Serrans), on es van arribar a registrar gairebé 500 l/m2 en poques hores. Es van desbordar diverses lleres, com els rius Túria i Magre i el barranc del Poyo o de Xiva, afectant greument diversos municipis de l’Horta Sud i la Ribera del Xúquer, on les pluges van ser molt inferiors. La crescuda del riu Túria en arribar a València es va contenir bé per la nova llera, que va registrar puntes de 2.000 m³/segon. Aquesta crescuda del barranc del Poio va destruir el pont de Picanya que connecta amb Paiporta, i el riu Magre ho va fer amb el pont de Carlet. El nombre més gran de morts pertanyien a Paiporta.
La manca d’una regulació urbanística adequada, d’un model forestal i agrícola adaptat, ignorar els plans de risc d’inundació (PATRICOVA al País Valencià) o la manca de mesures eficaces per a l’adaptació i la resposta davant de les emergències, són qüestions que han d’abordar-se de manera urgent.
Al contrari del que hauria de ser una actuació adequada, s’ha vist que malgrat l’alerta de l’AEMET 10 hores abans de l’arribada de la DANA, el Centre de Coordinació d’Emergències de la Generalitat Valenciana va establir el nivell d’emergència per el temporal en situació 2 del pla especial d’inundacions a la província de València a les 19:30, quan ja s’havia desbordat el riu Magre als termes municipals de Carlet i Algemesí. No es va enviar una alerta a la població fins a les 20:12 del dia 29 d’octubre, quan moltes persones ja s’havien desplaçat dels seus centres de treball i estaven patint les conseqüències de les precipitacions.
Cal destacar que la Unitat Valenciana d’Emergències, creada el març de 2023 pel govern del Botànic, va ser desmantellada el novembre d’aquell mateix any després del pacte PP-VOX, amb l’adjectiu de “xiringuito”, quan la Conselleria de Justícia de la que depenia estava en poder d’un partit negacionista del canvi climàtic com a VOX. Aquesta unitat d’intervenció hauria pogut ser vital aquests dies. De la mateixa manera, Ecologistes en Acció denuncia l'”actitud menyspreable” d’aquells empresaris que van obligar el personal a romandre als seus llocs de treball i posar en risc la seva vida.
Espanya és un país particularment vulnerable a les conseqüències de la crisi climàtica. En episodis com aquest sorgeix la necessitat establir mesures més eficaces de resposta precoç per part de les administracions públiques. La crisi climàtica obliga a repensar el disseny de les infraestructures concebudes fa desenes d’anys, que no estan preparades per a aquests esdeveniments extraordinaris, que cada cop seran més recurrents i intensos. De fet, si es posa en perspectiva l’impacte de l’huracà Milton i el recent episodi de DANA, es veu com mentre que al primer es van registrar 0,73 morts per cada milió d’habitants, al País Valencià s’han registrat més de 13 morts per milió d’habitants -a còmput de dimecres, 30 d’octubre; hores d’ara ha augmentat-
Tot i que l’atribució d’aquests fenòmens a l’emergència climàtica és complexa, els episodis torrencials i catastròfics cada vegada són més freqüents i intensos. Un agreujant de les condicions meteorològiques l’origen de les quals és la contínua crema de combustibles fòssils i altres emissions de gasos amb efecte d’hivernacle. Només el 2023 passat es van registrar 18 borrasques d’alta intensitat, superant les 12 del 2018 i les 14 del 2020. Uns episodis que aniran creixent juntament amb altres fenòmens, com l’increment de les temperatures i de la durada dels episodis de sequera, que només es veuran minimitzats mitjançant una reducció dràstica i urgent de les emissions de gasos amb efecte d’hivernacle.
La gravetat creixent d’aquests episodis no s’ha correspost amb la posada en marxa d’actuacions urbanístiques per garantir que l’aigua evacuï en creuar els municipis i reduint l’impacte d’aquestes grans inundacions. Una qüestió bàsica per minimitzar el mal que poden causar. Se segueix sense atendre la necessària eliminació de construccions en lleres, la recuperació de planes d’inundació i zones de desguàs natural de l’avinguda per evitar que es dirigeixi a zones on pot generar més mal. La falsa sensació de seguretat de canalització i la construcció de barreres transversals i longitudinals estan entre les mesures que s’haurien d’emprendre de forma immediata.