Mis queridos amigos y amigas de Avaaz:

Escribo desde Uganda, aunque no me atrevo a mostrar la cara.

El gigante petrolero francés Total quiere construir uno de los oleoductos más largos del mundo. Transcurrirá por dos países y está previsto que parta por la mitad selvas protegidas, reservas de vida salvaje y pequeños campos de cultivo como el mío.

Soy madre soltera y me han puesto contra la espada y la pared para vender mis terrenos por una miseria, mientras los magnates petroleros brindan con champán.

El proyecto obligará a 100 mil personas a dejar su casa y quienes nos pronunciamos en contra nos exponemos a las palizas o al calabozo. Pero ahora tenemos una oportunidad de impedir la construcción de este megaoleoducto.

Nuestro proceso judicial está a punto de arrancar en el Tribunal de Justicia de África Oriental y los jueces quieren escuchar nuestra historia. Su decisión podría poner fin a esta pesadilla, pero el tribunal está lejos y muchos no podemos permitirnos pagar el transporte para llegar hasta allí.

Los miembros de Avaaz nos han apoyado desde el principio. Gracias.

Ahora, si recaudamos dinero suficiente, los agricultores como yo tendríamos la posibilidad de desplazarnos hasta el tribunal y nuestros abogados podrían prepararse para la audiencia. También ayudaríamos a los detenidos por manifestarse pacíficamente contra el proyecto y despertaríamos la atención mediática internacional para que el mundo vea lo que nos está pasando.

Siento que estamos en la cuerda floja. No puedo pensar en otra cosa. Pero este oleoducto es un peligro para todo el mundo, porque el cambio climático es una amenaza para la humanidad al completo.

Luchamos por nuestros hijos e hijas y tu contribución marcará una gran diferencia. Por favor, dona lo que puedas con un clic, nos estamos preparando para ir a juicio:

A lo largo de sus 1440 km, el oleoducto atravesará 20 ríos y 12 bosques protegidos. Un derrame considerable bastaría para contaminar el agua potable de 40 millones de personas. Las excavadoras ya están arrasando el mayor parque nacional de Uganda, donde viven jirafas, elefantes y otras especies en peligro de extinción. Pero tenemos una oportunidad de detenerlo si actuamos ahora.

Hay quien piensa que Uganda necesita petróleo para desarrollarse, pero es un argumento tramposo. En mi aldea, llevamos años usando energía solar. Yo, que vivo del campo, ya he visto cómo el calentamiento global ha alterado la estación seca y la de lluvias y ha echado a perder las cosechas. Cualquier cosa que agrave la situación jamás podrá ser buena para el país.

Casi 100 personas han sido detenidas por intentar impedir este proyecto. Incluso nuestros abogados han tenido que contratar seguridad para protegerse. Con tu ayuda, Avaaz podría:

• Oponerse al meagoleoducto que devastará nuestra tierra. Llevarnos a la sala a testificar y respaldar a nuestro equipo jurídico para que pueda preparar la audiencia ante el Tribunal de Justicia de África Oriental.
• Financiar una “brigada legal” de emergencia. Ayudar a liberar a los activistas arrestados, exigir justicia por todas las detenciones irregulares y recurrir futuras condenas.
• Poner esta injusticia bajo el foco internacional. Contratar a expertos en comunicación mediática para que la audiencia, las expropiaciones y las detenciones queden documentadas, y dejar claro a los jueces que el mundo está mirando.
• Dar alas al equipo de campañas de Avaaz para defender el derecho a la tierra de las comunidades indígenas y en primera línea, y seguir la batalla por la vida en la Tierra.

Si unimos fuerzas, podemos detener a las petroleras y conseguir justicia para familias como la mía. Dona ya lo que puedas:

Sé que Avaaz está acostumbrada a luchar por la justicia en los tribunales. Por ejemplo, en estos momentos, está ayudando a las comunidades masái a evitar los desalojos. El amparo de Avaaz también fue crucial para conseguir la sentencia histórica que salvó de las garras del extractivismo cerca de 200 mil hectáreas de selva amazónica. Ahora te pido tu apoyo para que quienes vivimos de la agricultura en Uganda y Tanzania podamos defender nuestra tierra y, con ella, el futuro de nuestros hijos e hijas.

Con esperanza y determinación,

“Mary” y el equipo de Avaaz

Nota: Desde que fotografiamos a “Mary”, la situación se ha vuelto aún más peligrosa. Para velar por la seguridad de su familia, hemos usado un nombre ficticio y hemos pixelado su rostro. Sabemos que por lo menos 96 personas han sido víctimas de palizas, secuestros o detenciones por pronunciarse contra el oleoducto de Total en África Oriental.

Por qué nuestro apoyo es importante en este momento

1. Tenemos que detener esta “bomba de carbono”. El oleoducto desatará el caos ambiental, ya que generará 25 veces más de emisiones que Uganda y Tanzania juntas. Pero nuestras donaciones pueden ayudar a las familias y agricultores que tratan de impedir que el proyecto salga adelante.
2. Es un desastre ecológico.  Devastará algunas de las reservas de elefantes, leones y chimpancés más importantes del mundo para extraer un petróleo que viajará en enormes cargueros por manglares y arrecifes de coral. Todo oleoducto es una marea negra en potencia.
3. Nuestras donaciones marcarán la diferencia. Enfrentándonos a una de las multinacionales más grandes del planeta, podemos ayudar a “Mary” y a su comunidad a acceder a la justicia.

Más información:

1. Detienen a un activista que lucha por parar el macro-oleoducto que unirá Uganda y Tanzania (Swiss Info)
2. Uganda: El proyecto de oleoducto empobrece a miles de personas (Human Rights Watch)
3. Amenazas, ataques, deforestación y emisiones: el oscuro rastro de uno de los oleoductos más largos del mundo (Climática)
4. Fiebre por petróleo amenaza esplendores naturales en África oriental (El Diario de Juárez)
5. La FIDH denuncia la detención de 81 activistas contrarios a proyectos petroleros en Uganda (Infobae)
6. El gran proyecto de oleoducto africano deja a los agricultores de Uganda expuestos a merced del clima (El País)