Para conocer cómo es esa segunda vida que tienen las prendas de ropa después de ser depositadas en un contenedor, en Greenpeace no solo hemos llevado a cabo una investigación del sector, hemos ido más allá y hemos puesto en marcha un ambicioso proyecto cuya columna vertebral ha sido la instalación de trackers (dispositivos de geolocalización) en 29 prendas de ropa y zapatillas deportivas usadas (pero en buen estado) para hacer un seguimiento exhaustivo y real de su localización. Las prendas fueron depositadas en contenedores de ropa localizados tanto en la vía pública como en tiendas de las marcas Zara y Mango en 11 ciudades diferentes, entre los meses de agosto y septiembre de 2023: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Castellón, Granada, Madrid, Málaga, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla y Valencia.
La metodología utilizada tiene sus limitaciones, ya que con la idea de darle mayor durabilidad al seguimiento, hemos utilizado dispositivos de localización sin antena. Estos aparatos de múltiples marcas, y asequibles en cualquier tienda de electrónica, dan señal únicamente cuando otro dispositivo de la misma compañía está cerca. Es decir, que es posible que estos trackers puedan seguir en las prendas pero no se conozca su ubicación hasta que no logren conectar con otro aparato que nos envíe la señal.
Resultados de la investigación: ¿dónde va la ropa que metemos en los contenedores?
Han pasado entre 3 y 4 meses desde que se depositaron en los contenedores las prendas usadas con un dispositivo de seguimiento incorporado. Para la gran mayoría, el “viaje” hacia una potencial segunda vida aún no ha terminado y aún así han recorrido miles de kilómetros. Primero haciendo un recorrido dentro de la península, pasando de una instalación a otra y de una provincia a otra y, después, fuera de España.
Hasta el momento, 14 de las 29 prendas han sido detectadas fuera de España (un 48 %), en ocho países diferentes. Los principales destinos han sido: Emiratos Árabes Unidos por donde han pasado cinco de las prendas y Pakistán, donde han sido detectadas cuatro prendas. Además, se han localizado prendas en India, Rumanía, Egipto, Marruecos, Togo y Chile.
Dadas las limitaciones de la metodología, muchos de los trackers no han sido identificados fuera de España y han dejado de dar señal, aunque sabemos que han sido exportados, ya que fueron detectados por última vez en zonas de carga de algún puerto.
En el siguiente mapa puedes ver los 14 dispositivos que han dado los resultados más significativos hasta el momento:
Una de las principales conclusiones de la investigación es que no existe una diferencia significativa entre el destino que siguen las prendas depositadas en contenedores municipales y los contenedores situados en las tiendas de Zara y Mango, ya que las entidades de gestión (sociales y empresas) son las mismas en la mayoría de los casos.
Sobre las rutas y los destinos de estas prendas a las que se instalaron dispositivos de seguimiento estas son las principales conclusiones:
DESTINO EUROPA
La ropa más valiosa
Las prendas de mejor calidad son las que suelen acabar exportadas a países europeos, tanto Estados miembros, como de fuera de la UE. Uno de los dispositivos fue detectado a las semanas de salir desde el puerto de Algeciras en el puerto de Varna (Bulgaria), desde donde se desplazó a Tulcea (Rumanía), donde la prenda fue adquirida en una tienda de ropa de segunda mano.
DESTINO ASIA
Emiratos Árabes Unidos y Pakistán, dos centros neurálgicos globales del comercio internacional de residuos textiles
Según la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA por sus siglas en inglés), en 2019, el 41 % de los textiles usados que se exportaron terminaron en Asia, que es, paradójicamente, la región del mundo donde más ropa nueva se fabrica. La mayoría de los textiles usados que llegan a este continente lo hacen a lugares ubicados en zonas francas cercanas a puertos o aeropuertos, donde se clasifican y procesan. La mayoría de los textiles usados se convierten en trapos o rellenos industriales, o se vuelven a exportar para su reciclaje en otros países asiáticos o para su reutilización en África. Es probable que aquellos que no se consigan ni exportar ni reciclar acaben en vertederos.
Cinco han sido los dispositivos detectados en Emiratos Árabes Unidos (EAU). Tres de ellos se encontraron en la zona franca de Hamriyah, en la ciudad de Sharjah, cercana a Dubái, que es una zona económica especial en la que se pueden encontrar varias empresas dedicadas a la compra-venta (importación-exportación) de ropa usada y residuos textiles. Los otros dos se encontraron en la zona franca del aeropuerto internacional de Sharjah, donde también hay varias empresas de compra-venta de ropa usada. Una de estas dos prendas, se detectó a las pocas semanas en Egipto, lo que indica que es posible que varias de estas prendas sean también reexportadas.
Hay cuatro prendas que se han localizado en Pakistán. Dos de ellas en la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Karachi (KEPZ, por sus siglas en inglés), en un área donde hay varias empresas de compraventa internacional de ropa usada y de residuos textiles, por lo que pueden ser reexportadas. Desde esta zona de procesamiento, una de las prendas viajó posteriormente por el interior de Pakistán, hasta las afueras de Lahore en un área cercana a pequeños negocios de ropa usada. Los otros dos dispositivos han sido localizados en un área cerca del puerto, a las orillas del contaminado río Lyari donde se acumulan muchos negocios y almacenes de ropa usada y, sobre todo, montones de residuos textiles. Una de ellas ha viajado posteriormente a la localidad de Sanghar en la provincia de Sindh.
Otra de las prendas se ha detectado en India a principios de noviembre, cerca de Nueva Delhi. Desde allí viajó hasta Noorwala, en la ciudad de Panipat, donde se localiza por última vez en una zona industrial dedicada al almacenamiento y pequeños negocios de venta de telas.
DESTINO ÁFRICA
Venta de ropa de segunda mano barata y el impacto sobre los mercados locales
Según la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA), en 2019, el 46 % de los textiles usados terminaron en África. Los textiles usados importados en este continente se destinan principalmente a la reutilización local, ya que existe una demanda de ropa usada y barata de Europa. Lo que no es apto para la reutilización, que la EEA estima en un 40 %, termina en su mayoría en vertederos, desechados en el entorno o quemados a cielo abierto. Además, varios países africanos han estado considerando limitar las importaciones de textiles usados como una forma de proteger y fortalecer la producción textil local. Esto evidencia que las importaciones no solo dañan el medioambiente, sino que pueden tener un impacto social negativo en términos de desarrollo económico.
Una de las prendas ha sido detectada en Egipto, primero en Giza, cerca de El Cairo, y posteriormente en la ciudad costera de Alejandría, a 200 Km. Antes de llegar a este país en octubre, se detectó esta misma prenda en Emiratos Árabes Unidos, en las instalaciones del aeropuerto internacional de Sharjah. Lo que sirve de ejemplo de este país como centro neurálgico de comercio internacional de ropa usada.
Marruecos es uno de los principales destinos de la ropa usada que se desecha y exporta desde España. En este país hemos encontrado otro de los dispositivos, que ha cruzado el Estrecho en barco desde el puerto de Algeciras al de Tanger Med.
Quizás el más sorprendente es el dispositivo detectado en Togo, en la ciudad portuaria de Lomé, a principios de octubre. Se mueve por la ciudad hasta llegar al mercado de Hédzranawoé donde son habituales los puestos de ropa de segunda mano, a la que llaman abloni o sogava, que significa «trae tu dinero» o «paga lo que tengas» por su bajo precio. Aunque hay prendas que son reutilizadas, lamentablemente la gran cantidad de ropa enviada está impactando en el negocio local de ropa nueva y saturando los mercados dedicados a la ropa de segunda mano.
DESTINO AMÉRICA
Un viaje largo y poco habitual para la ropa usada europea
No es un destino habitual de la ropa usada y residuos textiles que se generan en la UE. De hecho, únicamente dos países, República Dominicana y Chile, reciben más de 500 toneladas anuales de ropa usada desde España. Uno de los dispositivos ha aparecido recientemente en Chile, en la capital Santiago, en la sucursal chilena de una entidad de gestión de ropa usada española, a más de 10.000 Km del contenedor donde se depositó. Este país cuenta con https://www.nationalgeographic.es/2023/04/desierto-atacama-vertedero-prendas-de-ropa-lowcost">uno de los casos de contaminación por residuos textiles, tristemente, más emblemáticos. Montañas de ropa usada se acumulan por el desierto de Atacama que lo han convertido en un enorme basurero de residuos textiles reconocidos a escala global.
El circuito irregular de la ropa de segunda mano
A pesar de que existen sistemas oficiales para la gestión de residuos textiles en España y, más en concreto, de la ropa usada, no es poco habitual encontrar circuitos irregulares. Se crean en ocasiones a través del robo en contenedores o incluso con la instalación de contenedores no autorizados en algunas ciudades.
Por ejemplo, uno de los dispositivos instalado en un vestido depositado en un contenedor en la vía pública de Alicante ha ido recorriendo diferentes instalaciones en diferentes localidades alicantinas que no están relacionadas con la entidad a cargo de la gestión de los residuos en la ciudad. Una de las razones puede ser que en Alicante, aparte de los 300 contenedores autorizados por el Ayuntamiento, es posible encontrar muchos otros sin autorización. Este es el tracker que se ha localizado recientemente en Marruecos, en el puerto de Tanger Med.
A los pocos días de depositar unas zapatillas en un contenedor municipal de Madrid, el dispositivo de seguimiento apareció ubicado en un polígono industrial de Humanes de Madrid. Esta localidad ha estado relacionada en varias ocasiones con gestiones irregulares de residuos textiles con naves industriales donde se han abandonado grandes cantidades de ropa usada y con la aparición de vertidos ilegales.
Otro de los trackers que se incorporó en una sudadera infantil y se depositó en un contenedor de una tienda Mango en Barcelona, visitó las instalaciones de una entidad de gestión en Valencia, una entidad solidaria en Almería y acabó en una planta de residuos de esta ciudad. Es imposible determinar si lo hizo junto a la prenda o por separado.
Sigue la ropa usada en tiempo real
El recorrido que siguen las prendas de segunda mano hasta alcanzar su destino final puede ser muy largo y superar los cuatro meses que han transcurrido desde el inicio de esta investigación. Hay varios dispositivos de seguimiento que, o bien no emiten señal desde hace más de una semana (a veces varias semanas), o que siguen en las instalaciones de las entidades responsables de su gestión. Las razones pueden ser varias: porque las prendas en las que están adheridas no han llegado a su destino, porque se han separado, siguiendo el tracker y la prenda diferente camino, o porque el primero ha sido destruido y ha dejado de dar señal.