¿Qué está pasando en El Puertito de Adeje, Tenerife?
Las Islas Canarias se están convirtiendo en una de las comunidades más densamente pobladas y si a esto le añadimos que recibe unos 13 millones de turistas al año (datos del 2019) nos encontramos con un territorio convertido en cemento y asfalto a merced de los poderes económicos, apostando, desde las administraciones por el modelo turístico que se ha demostrado que lleva a la comunidad a ser una de las más pobres del estado, con uno de los mayores índices de paro y de trabajo precario.
Pero los residentes isleños estamos hartos y no lo vamos a permitir, es por esto que ahora estamos en lucha por la última aberración.
Los intereses económicos particulares, con el beneplácito de las instituciones han decidido que estaría bien acabar con una de las zonas costeras aún sin urbanizar de la isla de Tenerife construyendo en una zona de casi 450.000 m² villas de lujo, piscinas, hoteles, restaurantes, etc. El lugar se encuentra junto a dos zonas protegidas, una terrestre y otra marina, además afecta a zonas colindantes del Sitio de Interés Científico de la Reserva Natural Protegida de Adeje, según los planos del proyecto publicados por los promotores.
Se han detectado innumerables deficiencias en el proyecto que no han sido tenidas en cuenta por las autoridades que han permitido que siga la obra con impunidad.
Las organizaciones ecologistas de la zona denunciaron la destrucción de asentamientos arqueológicos, esto llevó a las autoridades competentes a paralizar cautelarmente la obra y tras un estudio aceptaron que continuara en un 98% del proyecto.
Esta inacción de los responsables políticos ha llevado al pueblo a plantarse.
Un grupo de activistas se encadenaron a una de las máquinas excavadoras y se está realizando una acampada dentro de la zona de obras para exigir la paralización del atentado que se quiere perpetrar por un puñado de euros.
De momento la obra está parada en el lugar en que se encuentran las personas activistas ya que la propia excavadora es la que interrumpe el paso de otra maquinaria.
A pesar del cansancio por el esfuerzo de las personas allí reunidas, la necesidad de reaccionar ante la dejadez de las autoridades y de luchar contra los ataques ecológicos hace que cada día haya más gente que se une a la acampada dispuesta a resistir el tiempo que sea necesario.
Únete a la protesta. Ven y acampa. Comparte.
¡Esta obra la vamos a parar!