COP28: El principio del fin de la era de los combustibles fósiles
Esta COP ha sido distinta desde el inicio. El presidente de la COP, que es el CEO de una de las petroleras más grandes del mundo, empezó por negar la base científica de que el abandono del uso y producción de combustibles fósiles es imprescindible para frenar el calentamiento global. Luego Macron dijo que la solución era triplicar la energía nuclear. Después salió a la luz que había 2.456 delegados de la industria de los combustibles fósiles, más delegados que de los países del Sur Global.
La COP28 auguraba resultados funestos. Sin embargo, al Sultán Al jaber, el presidente negacionista, le rebotaron sus palabras en la cara y, de repente, por primera vez en la historia de estas cumbres, se empezó a hablar principalmente de la causa de raíz del cambio climático: los combustibles fósiles, y no de reducir o maquillar sus emisiones. Parece que por fin el mundo empieza a darse cuenta de que si no se usa petróleo, gas o carbón, no habrá emisiones lanzadas a la atmósfera.
¿Por qué es tan importante abandonar los combustibles fósiles?
La ciencia nos dice que, para evitar el calentamiento de 1,5 ºC, hay que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global un 43% en 2030, y que con las políticas actuales no llegamos. Los combustibles fósiles suponen el 75% de esas emisiones. Por lo tanto, reducir su producción y consumo es la única forma de conseguir reducir las emisiones en la cantidad necesaria. Este acuerdo indica que hay que hacer la transición energética para dejar atrás el gas, el carbón y el petróleo. Tenemos a nuestro alcance todas las soluciones para ellos, ahora tenemos que conseguir que las grandes empresas y los gobiernos las apliquen y aceleren.
No es el acuerdo histórico que necesitamos
Este acuerdo tiene muchos vacíos y deficiencias. Pero en esta COP28 130 países y cientos de empresas, líderes locales y voces de la sociedad civil se han unido para formar una fuerza de cambio sin precedentes. Podemos hacer historia si todos ellos toman ahora esta determinación y hacen realidad la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Para ello lo más urgente es detener todos los planes de expansión de las extracciones de fósiles que nos están empujando ahora mismo por encima del límite del 1,5 °C.
Tenemos que conseguir que las falsas soluciones incluidas en el acuerdo no se lleven recursos, necesitamos todas las fuerzas para las alternativas reales.
Abandono de los fósiles, ¿mañana?
¿Significa esto que mañana no vas a poder echar gasolina al coche o calentar tu casa? No. La transición hacia el “phase out” (en inglés, abandono gradual de los combustibles fósiles) requiere tiempo, planificación y dinero. Es ahí donde los países tiene la responsabilidad: implementando las energías renovables, mejorando la eficiencia energética (eso que antes llamábamos “aislar tu casa”) y haciendo que la industria fósil, que el año pasado ganó globalmente cuatro billones de dólares (sí, con “b”, cuatro millones de millones) no reciba subvenciones y en cambio sí pague más impuestos para contribuir a reducir emisiones, para adaptarse al nuevo clima, y para hacer frente a los desastres climáticos.
Quien contamina, paga
Sí, el problema es el dinero, sin él los países del sur global, que son los que más sufren las consecuencias del cambio climático y, sin embargo, son los que menos han contribuido al calentamiento global, no podrán iniciar una transición a las energías limpias.
El primer día se aprobó en esta COP el funcionamiento del Fondo de Pérdidas y Daños. Es la primera vez que en una jornada inaugural se aprobaba algo en una cumbre del Clima (gran noticia). Pero los fondos que se han comprometido son, más que insuficientes, insignificantes. Setecientos millones de euros, solo doscientos millones más de lo que Arabia Saudí va a pagar a Jon Rahm por jugar al golf en la liga saudí. Es normal que los países del sur global consideren esa cantidad como una bofetada en la cara. ¿Cómo vamos a pedir a los países del sur global, empobrecidos por las consecuencias climáticas de las acciones de los países ricos, que se las apañen para subsanar los daños y para hacer una transición energética que requiere una tremenda inversión, si no les damos lo que por justicia merecen?
Los países ricos nos hemos industrializado utilizando la técnica del elefante por cacharrería: el elefante es la codicia, la cacharrería es el planeta Tierra. La única manera de revertir esta situación es con dinero: no sólo eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles, sino también aumentar los fondos públicos e introducir nuevos impuestos para que la industria fósil contribuya a mitigar el daño que causan al planeta. Con ello se podrían adjudicar suficientes fondos a los países vulnerables para que transiten hacia el sistema energético limpio que merecen.